El general retirado Michael Flynn, a quien el presidente electo de EE UU, Donald Trump, acaba de escoger como Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, ha asegurado que las relaciones con Corea del Sur son una "alianza vital", insistiendo en que abordar el problema nuclear que plantea Corea del Norte será una de sus prioridades mientras esté en el cargo.

Las declaraciones de Flynn, hechas tras entrevistarse con una delegación surcoreana liderada por su asesor de Seguridad Nacional, Cho Tae Yong, ha tranquilizado a las autoridades de Seúl, a las que, en todo caso, Trump ya había dado seguridades al día siguiente de su victoria electoral. En campaña, Trump se distanció de la alianza con Japón y Corea del Sur y sugirió que se dotasen de armas nucleares para garantizar su propia defensa.

Flynn, exjefe de los servicios de inteligencia del Ejército estadounidense en Afganistán, respaldó, entre otras, la propuesta de Trump de prohibir la entrada de musulmanes en EE UU como parte de una estrategia más extensa para mantener alejado al enemigo yihadista. No obstante, parece que Trump ya ha dado marcha atrás respecto a esta prohibición.

Desde su puesto en la Casa Blanca, el mismo que ocupó Condoleeza Rice durante el primer mandato de George Bush jr., el general Flynn será responsable de decir la última palabra al Presidente sobre cómo debe Washington gestionar crisis que van desde una confrontación con China por el mar de la China Meridional hasta emergencias sanitarias internacionales como la epidemia causada por el virus del ébola. El último destino de Flynn había sido la DIA -agencia de Inteligencia del Pentágono-, de cuya dirección fue cesado, acusado de caótico y agresivo.