El Gobierno español anunció ayer la expulsión del embajador de Venezuela, Mario Isea, tras declararle persona non grata, en respuesta a una idéntica iniciativa adoptada el jueves por Venezuela contra el embajador español en Caracas, Jesús Silva Fernández.

Según informó el portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el Ejecutivo lamenta la decisión de Caracas y, ante una medida "de ese calado", actúa en "estricta aplicación del principio de reciprocidad". El embajador venezolano fue llamado a consultas el miércoles por Caracas por lo que ya no se encuentra en España.

Venezuela calificó la expulsión de Silva de respuesta a la última tanda de sanciones contra el chavismo decretada por la UE. Bruselas condenó ayer la expulsión del embajador español y resaltó que las sanciones fueron adoptadas por unanimidad de los Veintiocho. Por su parte, el presidente Maduro acusó al jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, de "querer gobernar" su país.

Entre tanto, Venezuela sigue a merced de la deriva dictatorial del chavismo. El Tribunal Supremo ha ordenado al Consejo Nacional Electoral que excluya a la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) de las elecciones presidenciales que se celebrarán antes del 30 de abril, impidiendo que participe en el proceso de validación de formaciones políticas que se celebrará este fin de semana. El Supremo basa su sentencia en el carácter de coalición que tiene la MUD, a la que atribuye una violación de la prohibición de la "doble militancia". Según los observadores, el objetivo de esta medida es obligar a la división del voto opositor, toda vez que el presidente Maduro, candidato a la reelección, cosecha en las encuestas un rechazo del 70%.