Geógrafo toledano, ganador del premio del CES por su trabajo sobre la reconversión en Langreo

Langreo,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

José Prada Trigo es un joven geógrafo de Toledo que recientemente obtuvo el VII Premio de Investigación del Consejo Económico y Social (CES) de Asturias por un trabajo sobre la reconversión en la comarca del Nalón. El estudio -denominado «Desarrollo, patrimonio y políticas de revitalización en ciudades intermedias de especialización minero-industrial. El caso de Langreo»- plantea la necesidad de compaginar los usos empresariales y residenciales en el territorio del concejo, así como contar con un plan estratégico que permita guiar el reaprovechamiento de los elementos de arqueología industrial. Prada -licenciado en Geografía por la Universidad de Castilla-La Mancha y que actualmente se encuentra realizando su tesis doctoral becado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)- ha especializado su ámbito de investigación en las estrategias de revitalización de las ciudades industriales y mineras en declive.

-¿Por qué eligió Langreo para centrar la investigación?

-Langreo es un caso paradigmático de ciudad industrial en España, así como de fuerte crisis y reconversión económica. Además, su situación en un Valle tan cerrado y su ubicación en la región que más intensamente sufrió la crisis de los sectores industriales la dota de mayor interés si cabe.

-Langreo cuenta con una abundante volumen de elementos de arqueología industrial, ¿se puede recuperar todo?, ¿cuáles son los criterios para dar prioridad en la selección?

-Es muy difícil, por falta de recursos, recuperar todo. En general, los especialistas recomiendan seleccionar aquellos más representativos de determinados aspectos, ya sea por sus valores por productivos, residenciales...

-Uno de los fines más recurrentes para dar utilidad a esos elementos es la creación de museos, ¿qué otros usos se pueden dar a ese patrimonio industrial?

-Efectivamente, una de las cuestiones que se plantean en mi libro es la necesidad de dotar de otros usos alternativos al patrimonio, bien sea como contenedores de nuevos usos -industriales, administrativos y de servicios-; como elementos vertebradores de diferentes espacios dentro de la ciudad, para «coserlos» generando nuevos lugares públicos; o bien como un referente para actuaciones urbanas, residenciales, de las que existen experiencias en otros países, por poner algunos ejemplos.

-¿Por qué en Langreo hubo una mayor conservación del patrimonio que en otras ciudades asturianas, como Avilés o Gijón?

-Básicamente, porque no se destruyó. Hubo más sensibilidad que en otras zonas donde primaron otros intereses y se destruyeron más bienes patrimoniales.

-¿Qué importancia ha tenido en esa tarea la figura de Aladino Fernández (alcalde entre 1983 y 87)?

-Cuando fue alcalde en la ciudad dedicó una buena parte de sus esfuerzos en la protección de este patrimonio industrial. De ese período son proyectos como Valnalón. Es importante señalar que entonces, en España apenas existía esa sensibilidad por la protección de este patrimonio, algo que sí tuvo Aladino Fernández

-Una de las conclusiones del estudio hace hincapié en la existencia de un modelo urbano híbrido, sin apenas separación entre las zonas industriales y las residenciales, ¿cuáles son las soluciones?

-Una mejor planificación y una reflexión de los usos que se les quiera dar a las áreas susceptibles de cambiar de función. Es un proceso a medio y largo plazo que debería ir creando una ciudad con una imagen diferente.

-En ese contexto, ¿cómo valora el área industrial de Modesta, en Sama?

-La idea, en principio es buena, ya que se trata de crear un parque empresarial con compañías más modernas. El único «pero» que se le puede poner es que está muy cerca del casco urbano y, a diferencia de lo que se hizo en Valnalón, no existe una barrera visual que divida lo industrial de lo urbano.

-¿Qué criterios deben guiar la selección de empresas para territorio como el valle del Nalón con un suelo limitado?, ¿hay que renunciar definitivamente al modelo de las grandes naves industriales?

-En realidad son criterios que ya se están aplicando en otras ciudades españolas: ambientales, de impacto visual, de generación de tráficos... El modelo de industrias con grandes naves industriales no es malo por sí mismo, pero siendo realistas, hoy en día cada vez quedan menos puesto que la tendencia general es hacia la segmentación de las actividades.

-¿Qué otros déficits advierte en la zona?

-A grandes pinceladas: la falta de un proyecto de ciudad; una escasa capacidad emprendedora, a pesar de los esfuerzos que se están haciendo en este sentido; poca separación de usos del suelo y una débil concertación entre agentes públicos y privados.

-¿Sobreviviría un territorio como Langreo como ciudad dormitorio?

-La cuestión no es sobrevivir o no, sino saber qué quiere ser Langreo. Yo no pienso que deba dirigirse hacia ese modelo de ciudad, sino más bien hacia otro que ordene usos y apueste por la convivencia entre industria y espacios residenciales.

-¿Puede quedar desligada la comarca del Nalón del área central asturiana?

-Depende de a qué nivel nos refiramos. En cuanto a infraestructuras y flujos de trabajo creo que ya está conectada, en cuanto a dinamismo es otra historia. No hay más que ver los gráficos de evolución de la población de las últimas décadas. Las cuencas del Nalón y del Caudal han seguido perdiendo población frente al triángulo Oviedo-Gijón-Avilés, que ha logrado recuperarse. Lo mismo puede decirse en indicadores relacionados con la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i).

-¿Cómo valora los proyectos del recinto ferial de Talleres del Conde y del nuevo área residencial y empresarial de Nitrastur?

-Creo que los Talleres del Conde son un espacio muy interesante, que le ha costado mucho al Ayuntamiento de Langreo conseguir y que creará oportunidades de desarrollo. Nitrastur, más allá del problema de la descontaminación, tiene el hándicap de que crear viviendas junto a una central térmica quizás no sea la mejor manera de promocionar a la ciudad.

-¿Es posible compaginar el crecimiento de la ciudad con la permanencia de la central térmica de Lada?

-Yo diría más bien que la permanencia de la central térmica dificulta que la ciudad vuelva a crecer algún día.

-Otro de los problemas que apunta en la investigación es la falta de impulso del Ayuntamiento único e incluso llega a proponer un referéndum ciudadano, ¿qué objetivos se lograrían con esta medida?

-Reducir duplicidades en servicios y personal, y por lo tanto, gastos, ordenar de forma unitaria el territorio y lograr más recursos y peso político a nivel regional, por ejemplo. Al hacer la investigación de campo había muchas personas que planteaban que el ayuntamiento único podía resultar positivo, pero que se trataba de una iniciativa paralizada. Plantear ahora un referendum podría contribuir a desbloquear la iniciativa, pero no deja de ser una idea.