Con su capacidad habitual para desnudar las frases, la revista Interviú ha dicho de la literatura de Alejandro M. Gallo que «sus pasajes tan realistas hieren como cuchillos». Quien no sepa cómo hiere un cuchillo es mejor que no intente comprobarlo en carne propia y se conforme con interpretar la metáfora. Imagino que el crítico de Interviú se refería a que Alejandro va al grano, a que escribe de un modo directo y el lector se ve atrapado por la acción sin poder apartar un momento la mirada del libro.

O puede que también quisiera expresar que al autor de «Asesinato en el Kremlin», que se presenta mañana en La Felguera, no le tiembla el pulso al contar la verdad como fue, con sus sombras y los grises suficientes para no contentar a ninguno de los bandos que tradicionalmente luchan por imponer la versión de los hechos que más les favorece.

Premiada con el XIV Premio Francisco García Pavón de Narrativa Policíaca, «Asesinato en el Kremlin» narra el asesinato en el invierno de 1934 de Serguéi Kirov, uno de los padres de la revolución rusa. Este crimen nunca completamente esclarecido conmocionó al Soviet de Leningrado y convirtió a Stalin en el todo poderoso secretario del Partido Comunista y primer gran dictador de la Unión Soviética.

Alejandro M. Gallo, llevando de la mano al joven comandante de la Milicia Igor Litonev, tan ingenuo inicialmente como valiente al enfrentarse a la realidad de los hechos, va descubriendo al lector la realidad de una etapa histórica donde, como casi siempre, los ideales duraron menos que un telediario. Y lo hace de tal manera que el lector se reconoce en su labor como tal una inteligencia insospechada, que reside en la maestría narrativa del novelista. Esa facilidad para modelar la dificultad y ofrecerla en las dosis suficientes para no empachar jamás es uno de los mayores misterios de la narrativa de Gallo, como bien saben todos sus lectores. Hacer fácil lo difícil fue siempre el principal misterio de la alquimia de la literatura.

Y a quien -como a mí- los hechos reales les importen poco o nada, encontrará en esta novela una aventura apasionante, una investigación criminal trepidante donde los personajes protagonistas maduran mientras van comprendiendo al mismo tiempo que el lector la dureza de la realidad. Y lo hacen todos juntos -personajes y lectores- sin miedo ni esperanza, como la vida misma, a cuchilladas.