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Secularización versus religión

La Iglesia católica y la secularización de la sociedad española

Secularización versus religión

Si miramos un poco hacia atrás con cierta objetividad, la Iglesia ha perdido muchas de las batallas políticas y culturales que ha emprendido en España desde los años ochenta, y ella lo sabe. Recordemos la campaña contra la legalización del divorcio, que tuvo la desvergüenza de presentarla como la hecatombe de la sociedad y la familia cristiana. Lo mismo ocurrió con la legalización del aborto. Otra sonora derrota del "frufru" de las sotanas se produjo con la aprobación del matrimonio homosexual: la destrucción de la familia por el Ángel Caído era un hecho. La ya secular obsesión, más que sospechosa, de la católica Iglesia por la homosexualidad, se vio superada por una sociedad que ante ella, optó y opta por la igualdad de derechos entre las personas.

Actualmente, con la inestimable ayuda del ultramontano PP y su gobierno, parece que la Iglesia vuelve a marcar goles en la puerta de la secularización; la reforma de la ley del aborto, la vuelta de la religión a la escuela pública son hechos graves y señalan una involución política que puede influir socialmente. O al menos eso se supone que pretende el actual gobierno. No obstante, es difícil que a golpe de BOE se cambie la sociedad, puede influir pero como se suele decir " la gente no es tonta" y sabe lo que no quiere y es, en este caso, que no la manipulen tan obscena y groseramente, que es lo que desde la Iglesia católica se pretende.

La reacción que han provocado en la sociedad y otros partidos ambas leyes invita a ver lo ocurrido desde una perspectiva política y lleva implícito que su derogación será efectiva una vez que el PP pierda el gobierno. No es consuelo, lo sé, pero es dar a la sociedad el protagonismo que debe de tener.

Y ese protagonismo lo marca su secularización: el descenso del número de alumnado que cursa religión en los centros de enseñanza públicos está yendo a la baja, según el último estudio publicado. En la última década, el porcentaje cae del 79,4% al 65% entre los alumnos de primaria, del 55,5% al 38,1% en Secundaria y de un 43,4% a un 20,4% en Bachillerato. En Asturias, el alumnado de primaria la sitúa hacia la mitad de la tabla con el 71,6%; sin embargo, en el bachiller el porcentaje de asistentes a la clase de religión baja, en nuestra comunidad, ostensiblemente, un 33,2 %, siendo la media nacional en esta etapa educativa del 38,1%.

Personas expertas en el tema interpretan que los datos son coherentes con el descenso de la religiosidad de la sociedad española; sin embargo, matizan que aún así, la escuela va con retraso en comparación con la secularización social. Esta situación es debida, entre otros factores, al marco jurídico de los acuerdos con el Vaticano que, hasta ahora, han sido reforzados por las dos organizaciones políticas que han ejercido el gobierno.

No obstante, y estando la escuela pública a merced del oscurantismo clerical, el proceso de secularización de la sociedad española continúa imparable. Hay un dato sociológico incontestable y es que en cada generación de los últimos 35 años la juventud siempre ha sido menos religiosa que sus adultos. La iglesia católica lucha contra el tiempo, un adversario que inexorablemente le señala que su sitio está en sus nichos eclesiásticos y no en la manipulación de las conciencias.

Tal vez, por eso, nada mejor que echar mano de las fuerzas sobrenaturales. El ministro de Interior ha fichado a la santa de Ávila para reforzar la defensa de la indefendible línea política de su gobierno y así parece que asiste, aunque no se la vea, a las sesiones del Consejo de Ministros; ya la inefable ministra Fátima Báñez se mostró exultante, no llegó a la levitación de la señora de Ávila, por el presumible sostén que da la Virgen del Rocío a España. Como dice un amigo: "No hay país como este".

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