Laviana retrocedió ayer 75 años. A la época en la que los primeros equipos de balonmano femenino de España se enfrentaban en el campo de Fontoria. Eran el Azul y el Blanco y ayer volvieron a medirse pero esta vez en el estadio de Las Tolvas, donde habitualmente juega el Titánico de Laviana. Un total de 32 jugadoras de entre 16 y 65 años rindieron así homenaje a las pioneras del balonmano español, a las integrantes de los dos primeros equipos de este deporte en el país, ambos de Pola de Laviana y nacidos en 1939, cuando en los inicios del "handball" aún se jugaba en campo de fútbol y once contra once.

El partido representó como fueron aquellos primeros encuentros de balonmano. Todas las jugadoras vestían camisa y falda por debajo de la rodilla, un uniforme para practicar deporte acorde con el recato en el vestir que exigían los tiempos en los que surgió el balonmano. Los tiros a portería había que hacerlos desde fuera de un área de 11 metros, y no de 7, como en el balonmano actual, que se juega en una cancha de dimensiones mucho más pequeñas. El equipo de las Azules estuvo compuesto por jugadoras de Laviana, Candás y Llaranes, mientras que en el Blanco participaron jugadoras de Ribadesella, Llaranes y Siero. Los primeros minutos del partido fueron arbitrados, además, por una leyenda de este deporte, el vasco Pedro Huidobro, que ayer se retiró del arbitraje, con 75 años, 55 de ellos ligado a este deporte, en el que ha dirigido unos 1.300 encuentros en todas las categorías.

Los prolegómenos del encuentro, organizado por el grupo de veteranos del Valle del Nalón y el Patronato de Deportes de Laviana, con motivo de la celebración del Torneo Nacional de Veteranos en la comarca, fueron emocionantes, con el homenaje a las que fueron las pioneras del balonmano en el país. Hasta el centro del terreno de juego salieron varias de las integrantes de los equipos femeninos de Laviana que compitieron a gran nivel en los años 40, 50 y 60, y que llegaron a ser campeones de España en tres ocasiones, dos de ellas en balonmano a 11 (1943 y 44) y la tercera, ya en pista (1961).

Tras recibir el aplauso del numeroso público congregado en Las Tolvas (unas 350 personas) y ser obsequiadas con diversos regalos, las encargadas de hacer el saque de honor fueron dos de las más veteranas, Luisa Álvarez, una de las mejores jugadoras de su época, a la apodaban Lángara, como el jugador de fútbol, por la cantidad de goles que metía, y Marina Laviana. Y, aunque sea lo de menos, el resultado final del encuentro fue de 9 goles a 7 a favor de las Blancas.