El Ayuntamiento de Langreo pondrá en marcha este año un programa piloto para la recogida selectiva de residuos en el área rural que consistirá en la instalación de unos postes en el que se colgarán los recipientes, en forma de cubos, y casi de forma individual para cada vecino, que ya cuenta con detractores.

El método promete un ahorro en los costes de recogida de basura y parece más sostenible desde el punto de vista medioambiental. Ya se ha puesto en marcha ya en zonas rurales del País Vasco, Cataluña y Navarra. Justo en esta última comunidad es en la que se encuentra el gijonés Óscar Álvarez, que es concejal de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en Olazaguitia. "Es un asco, un foco de bichos, además, los animales no miden y cuando huelen la comida de la basura, destrozan las bolsas", afirma. El sistema lleva implantado en su pueblo desde hace dos o tres años y destaca que su opinión no es única. "Son muchos los vecinos que quieren que vuelva el anterior sistema de contenedores". De hecho, Álvarez presentó una moción en su Ayuntamiento -gobernado por Bildu- para que se preguntase a los vecinos si querían que este sistema continuase. "Pero no salió adelante, porque saben que si consultan a los vecinos, la mayoría de ellos va a decir que es un mal sistema", sentenció.

De momento, el Consistorio langreano pretende extender el sistema en los pueblos de forma progresiva. Se trata de un servicio de recogida de residuos separados que los vecinos depositarán en contenedores colgados e instalados, en algunos casos, delante de su domicilio, y en otros, en un lugar establecido de la localidad. Dependiendo de los días, se tendrá que sacar un tipo de basura (residuos orgánicos, envases o papel y cartón). El estudio que elabora el Ayuntamiento incluye junto con los envases y el papel y cartón, el aceite de uso doméstico que se tiene que tirar. El sistema supondrá un ahorro en los costes de recogida de basura. De hecho, el Consistorio podría sacar rendimiento si pasase a recoger esos residuos ya separados por los propios vecinos. La pretensión es llegar, si es posible, a que los ingresos que se pudiesen obtener por la recogida selectiva cubra el resto de costes. Ahora es Cogersa quien se encarga de retirar la basura que los habitantes depositan en los contenedores.