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El crimen del jubilado de La Felguera

"Ojalá detengan pronto al culpable"

Los vecinos de Amador Suárez afirman que viven "asustados" y "nerviosos" desde que el hombre, retirado de Duro y aficionado a la pintura, fue hallado muerto

La puerta de la casa de la víctima, precintada. F. R.

María José Suárez confiesa que, desde el pasado lunes, duerme poco y mal, se sobresalta cuando oye ruidos en la escalera y sale poco de casa. No es la única. La desconfianza y el temor se han instalado entre los vecinos del portal número 5 de la calle Doctor Fleming de La Felguera tras el homicidio de Amador Suárez. El hombre, que estaba separado y vivía solo, fue hallado muerto en su domicilio, tras ser golpeado en la cabeza varias veces con un objeto contundente. Los vecinos de este jubilado de Duro Felguera saben que la investigación puede ser compleja y prolongarse en el tiempo, pero confían en que la Policía detenga "lo antes posible" al autor o autores de los hechos para descansar tranquilos.

Según explicaron ayer conocidos del fallecido, el cadáver fue encontrado cerca de la puerta de entrada de la vivienda, en las inmediaciones de una habitación que Suárez utilizaba para pintar cuadros. La pintura era una de las grandes aficiones de este jubilado, un hombre reservado que no tenía "problemas con nadie del edificio", según coinciden sus vecinos. La información de la autopsia referente a la fecha de la muerte no ha trascendido, aunque algunos familiares indicaron a la Policía que no lograban contactar con Suárez desde el 30 de diciembre.

"No era una persona conflictiva. Me cruzaba a veces con él cuando venía de comprar el pan y el periódico y siempre saludaba educadamente", relataba ayer Gema Durán, vecina de uno de los segundos pisos. "Yo no escuché golpes ni gritos en los últimos días. No sabemos lo que ha podido pasar, pero la verdad es que los vecinos estamos intranquilos; lo que ha pasado es muy fuerte".

Durán asegura que antes "salía de noche de casa a sacar la basura o a la carbonera y he dejado de hacerlo porque estoy asustada". Y añade: "Los vecinos estamos en un estado de inquietud porque no sabes nada, cómo entraron en la casa y cómo paso todo. Sólo espero que detengan lo más rápido posible a quien lo haya hecho porque, hasta entonces, no podremos sentirnos seguros en nuestras propias casas".

Dos plantas más arriba, junto a la vivienda de la víctima, reside María José Suárez con su familia. Los bomberos utilizaron el lunes su balcón para pasar al del piso contiguo y acceder al domicilio del jubilado fallecido. "Los vecinos llevamos unos días que no vivimos; tengo miedo a salir de casa y no abro la puerta a ningún desconocido. Ojalá cojan pronto al culpable", esgrime esta mujer, que reconoce que siente un escalofrío cada vez que sale a la calle y ve los precintos policiales en la puerta de la vivienda de Amador Suárez. "Escucho cualquier ruido y ya estoy inquieta y estoy nerviosa cuando me quedo sola. Creo que estamos todos los vecinos igual".

Reservado y educado

María José Suárez tampoco se explica lo ocurrido. Hacía días que no coincidía con su vecino, pero no escuchó ruidos, golpes o ruidos sospechosos en la vivienda. "Eso sí el teléfono no paraba de sonar y nadie no lo cogía", relata: "Amador era una persona reservada y educada. Yo lo conocía desde que vine a vivir aquí hace seis años. No se relacionaba mucho con los demás vecinos, pero era muy apreciado por todos en el edificio. No tenía enemigos".

En la jornada de ayer ya disminuyó el revuelo vivido en el barrio en los días posteriores al suceso. "Hubo un par de días con mucho movimiento de Policía y coches de agentes aparcados en la calle. Ahora ya está todo un poco más tranquilo", explica Carlos García Zapico, que tiene una peluquería en la calle Doctor Fleming, cerca de edificio donde se produjeron los hechos. Uno de sus clientes, Francisco Penín, explica que "se escuchan muchas cosas por la calle, pero todo es un misterio. Nadie sabe lo que ha podido pasar".

El cuerpo sin vida de Amador Suárez, que tenía 70 años, fue encontrado por la Policía Nacional en la mañana del pasado lunes, después de que la familia alertara a los agentes de que no lograba contactar con el hombre desde varios días atrás. El informe de la autopsia confirmó que Suárez recibió varios golpes en la cabeza con un objeto contundente que acabaron con su vida. El autor o autores de los hechos trataron de limpiar la escena del crimen. Los agentes hallaron una fregona manchada con restos de sangre en la vivienda.

La instrucción del caso se encuentra bajo secreto de sumario por decisión del juez.

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