El gas licuado del petróleo (GLP) es menos contaminante y más económico que los carburantes convencionales. Así lo defendieron ayer sus promotores en Luarca, donde unos cuarenta participantes en un taller educativo recibieron formación en este combustible, así como en la adaptación de los vehículos a su uso.
A pesar de ser una fuente de energía muy utilizada en otros países, en España tan sólo 50.000 vehículos circulan con GLP, unos 1.500 en Asturias. "El producto no es nuevo, pero sí su implantación. En un turismo se puede ahorrar en torno a un 45 por ciento en el coste por kilómetro", explicó Julio César Carballada, representante de la firma Repsol, que planea instalar un surtidor de este tipo en Jarrio. Por su parte, Nacho Pérez, de Ircongas, firma que adapta vehículos de gasolina a gas, subrayó que el comportamiento del coche es el mismo que con combustible tradicional.
