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Pola de Allande maravilla a Piedad

Una emigrante regresa a su pueblo natal 60 años después de haberlo dejado con la ilusión de conocer a la familia que le queda: "Sé que tengo primas"

Piedad Fernández, segunda por la izquierda, acompañada por el resto de compañeros del viaje y autoridades locales, ayer, ante la estatua del emigrante en Pola de Allande. D. ÁLVAREZ

Con cinco años, Piedad Fernández dejó su Pola de Allande natal de la mano de sus padres para emigrar a Argentina. Sesenta años después, Fernández ha podido volver a ver su lugar de nacimiento de nuevo, una villa de la que apenas tenía recuerdos y que ayer la dejó maravillada.

"Nací en Pola de Allande y me fui con cinco años, supongo que en aquellos tiempos esto no estaría tan bien y por eso mis papás tomaron la decisión de irse, porque ahora lo veo todo muy lindo", confiesa Piedad Fernández a su llegada a la capital allandesa.

Al irse tan jovencita, Piedad Fernández no tiene recuerdos de sus primeros años de vida en Asturias, aún así la visita que pudo realizar ayer le hizo emocionarse "porque para mí está siendo todo nuevo, pero estoy muy agradecida de haber podido venir a conocer mis raíces".

La allandesa forma parte de la docena de emigrantes asturianos que han podido regresar unos días a la región dentro del programa "Añoranza" que organiza la Consejería de Presidencia y que permite con ayudas que personas asentadas en otros países puedan volver a visitar su lugar de origen.

"Si no hubiera sido por el centro asturiano que me informó de esta oportunidad de viajar aquí sería imposible que yo pudiese volver a mi patria porque no tengo dinero para pagarlo", reconocía Fernández, que después de conocer Asturias asegura que si no fuera porque su familia está en Argentina "me quedaría a vivir aquí". La allandesa alargará su estancia en la región con la intención de contactar con la familia que se ha quedado en el concejo. "Sé que tengo primas, hijas de una hermana de mi madre, que no conozco y me gustaría encontrar", explica.

Anita Alonso de Brañas de Arriba, en Cangas del Narcea, se fue con 19 años al país sudamericano, aunque regresó en varias ocasiones, la última hace 20 años. "Me fui yo sola porque en Buenos Aires tenía una tía que me quiso llevar porque nosotros éramos varios hermanos, allí empecé a trabajar y me casé con argentino con orígenes italianos", explica Anita Alonso que confiesa que "las cosas han cambiado mucho y para mejor, está todo muy limpio y ordenado". Para Anita Alonso este un recuerdo "imborrable, lo que nos vamos a llevar cuando nos vayamos, porque la tierra no se olvida jamás".

De Navelgas, Tineo, fue María Menéndez que se fue con 17 años para Argentina con sus padres y hermano. "Nos empeñamos los jóvenes en irnos por la aventura y porque la gente que estaba allí nos lo pintaba Buenos Aires todo alfombrado, pero fue un error", recuerda. Su padre no fue capaz de resistir irse de su pueblo y regresó "nosotros nos quedamos y salimos adelante, pero añoramos mucho Navelgas". De hecho, cuenta que su hija no para de decir que cuando se jubile irá a vivir a la localidad tinetense.

El viaje de todos ellos aún durará una semana más en la que recorrerán más pueblos asturianos antes de regresar a sus países al otro lado del charco.

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