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El toque moderno de Cangas del Narcea

Gómez del Collado transformó la imagen de su villa natal a través del diseño de edificios influidos por las vanguardias, unas obras no siempre entendidas y que ahora son reconocidas

El toque moderno de Cangas del Narcea

"Hasta hace poco tiempo no había sido estudiada y el Suroccidente, por desgracia, seguía estando muy lejos". El arquitecto de Cangas del Narcea José Ramón Puerto se refiere a la obra de un colega de profesión, el también cangués José Gómez del Collado, fallecido hace dos décadas. Puerto es un defensor de su obra y celebra que ésta, hasta ahora olvidada, haya sido por fin reconocida.

El Docomomo Ibérico, una organización creada para preservar el patrimonio de la mejor arquitectura moderna, decidió incluir en su catálogo 11 edificios ideados por Gómez del Collado. Se trata de la casa estudio del propio arquitecto, seis bloques de viviendas, la casa y local comercial de Morodo y el bar Amador, todas ellas situadas en Cangas del Narcea; además de una vivienda unifamiliar de Pola de Allande y otra de Caboalles de Abajo, en Villablino (León). Un hito para el reconocimiento del trabajo del cangués, diseñador del emblemático puente colgante de Cangas del Narcea, que siempre ha defendido Puerto: "Es significativo porque se pone el acento en la calidad de sus obras".

Para Puerto no es extraño que se haya tardado tanto en reconocer la obra de Gómez del Collado. No obstante, cree que el punto de inflexión fue la celebración del centenario de su nacimiento en 2010 con una exposición que supuso que "su figura fuera recogida en el último tomo de la enciclopedia 'Artistas asturianos' y apareciese en el libro que analiza la arquitectura moderna asturiana en el periodo 1950-1965 de Fernando Nanclares y Nieves Ruiz".

Sus obras, modernas para la época que le tocó vivir, no siempre fueron entendidas por sus contemporáneos, ni siquiera son totalmente comprendidas en la actualidad, cuando siguen pareciendo "demasiado modernas". José Ramón Puerto explica que las creaciones de Gómez del Collado son un reflejo de su persona, "un hombre de su tiempo que supo dejar constancia del mismo, usando materiales, estructuras, colores y referencias culturales que le fueron contemporáneas, sin caer en mimetismos historicistas o costumbristas, siendo capaz de construir innovadoras propuestas que rompían lazos con su pasado inmediato".

Esa forma de entender la construcción fue lo que provocó el choque cultural que Puerto considera que "tuvo que ser enorme para una sociedad sin los medios de comunicación actuales, cuyas referencias eran muy cercanas a la tradición local". Si algo caracteriza los diseños de Gómez del Collado es su influencia de artistas de vanguardia "de los que introdujo formas y volúmenes, con referencias a Mondrian, Ben Nicholson o Jean Arp, que no fueron entendidas al no conocer a estos artistas".

Del Collado comenzó a trabajar en la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones dependiente del Ministerio de la Gobernación. Pero años después comenzaría a perder el favor del régimen franquista, lo que le hizo replantearse su situación y regresar a su pueblo natal donde desplegó toda su creatividad.

A pesar de vivir en un lugar poco comunicado, como era el Suroccidente de su época, no dejó de estar vinculado a las últimas tendencias gracias a suscripciones a revistas de arquitectura de ámbito internacional que le permitían estar informado de lo que sucedía en el mundo. "Personalmente era coherente con la modernidad que reflejaba en sus obras, aunque sin olvidar sus raíces", añade Puerto, que recuerda que "se le podía ver paseando en una fantástica moto Harley-Davidson o en su coche descapotable Renault Caravelle blanco, compartía la casa con la familia inicialmente en un espacio separado simplemente por un vidrio del salón y la cocina, que su mujer le exigió modificar para habilitarlo como salita".

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