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JOAQUÍN FERNÁNDEZ | Vicepresidente de la Asociación de Museos del Vino de España

"Aquí hay mucho que enseñar, pero está en el almacén y sin un diseño atractivo y unificado"

"Tenemos características que ya quisieran el resto de denominaciones de origen del vino: variedades únicas, el cachu, emparrados y la prensa de viga"

Joaquín Fernández con las vides del Museo del Vino, en Santiso. D. ÁLVAREZ

La cultura y la tradición ligadas al sector vitivinícola llevan años en auge. Los amantes del vino buscan saber más de los caldos a través de su historia y elaboración, y es ahí donde los museos dedicados al sector vinícola juegan un importante papel. La asociación de Museos del Vino de España tiene 16 años de vida y ha estado presidida en los cuatro últimos por el cangués Joaquín Fernández, actualmente vicepresidente de la asociación, además de miembro de la Cofradía del Vino y presidente de la asociación cultural Santiso Llamas. En su último año como presidente, Fernández quiso dedicar a la comunicación y el marketing de la cultura del vino el simposio anual del colectivo, que se celebró en el museo de Pagos del Rey, en la localidad zamorana de Morales de Toro.

-¿Qué supone esta cita anual?

-Supone que todos los museos que pertenecen a la asociación, que son la mayoría de España, unos 40, avancen en una idea común de cómo poder llegar más y mejor al público con nuestra cultura y tradición vitivinícola. El simposio de este año fue sobre la comunicación y el marketing porque los museos se tienen que unir al resto de entes sociales para poder llegar al público a través de las nuevas tecnologías. Además, desde la directiva optamos por crear el premio "Enosofía" que entregamos al sumiller Josep Roca, lo que sirve para prestigiar y dar visibilidad a la asociación.

-Planteó a Josep Roca convertirse en Cofrade de Honor en la próxima Fiesta de la Vendimia. ¿Qué ha respondido?

-Se lo trasladé y me dijo que dependía de su agenda, pero que tenía muchas ganas de conocer la zona. Sabemos que es difícil porque es una personalidad muy relevante, considerado el mejor sumiller del mundo, pero sería un honor para la cofradía que pudiera venir y también para el vino de Cangas, que los probará porque me he comprometido a enviarle una muestra.

-Estos encuentros sirven también para promocionar el vino de Cangas.

-Somos una zona muy poco conocida. De hecho, hablaba con el segundo mayor viticultor de España, Félix Solís, de nuestro vino y del albarín blanco y él pensaba que me refería al albariño de Galicia. Así que me ofrecí a enviarle un par de botellas de albarín para que lo pueda probar e incluso, si lo ve bien, que se pueda plantear llegar a invertir en la zona. Esa es mi labor como representante y conocedor del vino de Cangas, el llevarlo a todos los sitios. Porque recuerdo que al primer congreso al que fui, en Nájera, muchos se sorprendían de que asistiese alguien de Asturias, creían que aquí no había vino. Por eso pienso que esta debe ser la fórmula para dar a conocer el vino de Cangas, que de las 88 denominaciones de origen protegidas que existen somos la primera o la segunda más pequeña: hacemos una de cada 40.000 botellas de vino que se elabora en España.

-El enoturismo está en auge, ¿qué peso puede tener aquí?

-Puede ser una parte del futuro. Tenemos características que el resto de DOP ya quisieran para sí: cuatro variedades únicas de uva, un elemento diferenciador como es el cachu, un museo con una prensa de viga del año 1579, barricas con aros de madera y los emparrados, con plantas anteriores a la filoxera, que es un recurso turístico increíble que no lo hay en toda España. Además, tenemos una historia que contar a la gente, porque aquí ya había vino en el año 781, según aparece en el registro del monasterio de San Vicente de Oviedo, y la primera referencia del cachu es de 1192, algo que debemos utilizar como imagen. Precisamente, desde la cofradía tenemos muy madura la propuesta de que Cangas tiene que tener un monumento al cachu.

-¿Qué se debe hacer para atraer a los turistas?

-Todos estos recursos hay que aunarlos en torno al vino y saber venderlos, y seguro que tendríamos un éxito tremendo a pesar de ser una denominación de origen pequeña. Lo principal es estar unidos y sentarnos en mesas de trabajo con los recursos que tenemos, porque el potencial es increíble. Hay mucho que enseñar pero está en el almacén, no en el escaparate ni diseñado de manera atractiva y unificada. Vamos muy retrasados respecto de la demanda actual.

-¿Qué papel juegan los museos?

-Es un recurso más y tienen que ser abiertos al público y divertidos. La gente ahora busca que le cuenten una historia con la que conecten y que no les aburra. Además, siguen siendo los guardianes de la historia de la zona y deben estar buscando piezas continuamente. El de Cangas tiene más de 200 y alguna en cartera para adquirir.

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