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Cerredo juega a los bolos en la carretera

Ocho vecinas acaban sus paseos cotidianos con una partida en un antiguo tramo de la AS-15: "Lo pasamos divinamente", dicen

Por la izquierda, Balbina González, Argentina Sal, Obdulia Fernández, Josefa Robles, Julia Méndez, María García, Albina Villanueva, Aurora Robles, Isabel Flórez, Luisa López y Amelia Fernández, con los bolos. D. ÁLVAREZ

Las tardes de paseo en Cerredo se han convertido en tardes de bolos. Las mujeres del pueblo habituales de la caminata de última hora del día han creado una improvisada bolera en medio de un antiguo tramo de la carretera AS-15, a pocos metros del inicio de Cerredo y el punto final de su paseo cotidiano.

Sentadas en un par de bancos situados en ese viejo tramo de calzada se les ocurrió un día, hace apenas mes y medio, jugar a los bolos. La idea fue concebida al ver botes de bebida tirados en la zona. Recogieron todos los que encontraron, los cargaron de agua y los colocaron en línea recta en medio de la vía; con piedras, en sustitución de las bolas, iniciaron los lances. "Fue el bombazo para nosotras, lo pasamos muy bien, sobre todo esos primeros días", recuerda Albina Villanueva. Y enseguida convirtieron su juego en rutina. Consiguieron que en la bolera les regalaran los bolos que ya no usaban y ahora los guardan cuidadosamente y los sacan cada tarde a rodar, de cinco a ocho.

"Nunca en la vida jugamos a los bolos, ni hace unos meses pensamos que íbamos a estar haciendo esto", apunta Argentina Sal. Pero todas coinciden en lo positivo que está siendo. "Hacemos gimnasia y nos lo pasamos divinamente toda la tarde", subraya Aurora Robles.

Han llegado a juntarse hasta 22 mujeres, ya que todas las que llegan dando el paseo hasta el final de la acera que conduce a Cerredo son invitadas a participar. Las asiduas, una decena, comparten que superan los 65 años y que la mayoría son viudas. En el grupo no hay hombres y, si uno aparece en el momento del juego, es invitado amablemente a tirar una bolada, pero prefieren que el juego siga siendo femenino.

Aunque juegan con bolos vaqueiros, las reglas son propias. Compiten en parejas, cada una de ellas tiene cuatro lances y suman puntos por cada bolo derribado. Más alejadas tienen situadas dos piezas mayores, que incluso han bautizado como Virgen de Covadonga y San Roque, en honor a las imágenes del pueblo; esos bolos suman dos puntos cada uno.

"Intentan decirnos cuáles son las reglas, pero por ahora preferimos jugar con las nuestras, lo que no quita que dentro de un tiempo no empecemos a tomárnoslo en serio", explican entre risas.

Hasta que el mal tiempo no estropee sus tardes de bolos, las mujeres de Cerredo seguirán reuniéndose en la carretera abandonada. Para los meses de invierno ya están pensando alternativas.

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