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Voluntarios del mundo con parada en Tapia

La finca "El Cabillón" acoge a cinco "wwoofers", que ofrecen su trabajo a cambio de alojamiento y comida

Voluntarios del mundo con parada en Tapia

"No me gusta el turismo de monumento, sino las experiencias", señala el italiano Darío Brunello para explicar por qué, por segundo año consecutivo, participa en la red Wwoof (World Wide Opportunities in Organic Farms), que pone en contacto a voluntarios internacionales con granjas ecológicas de todo el mundo. El año pasado recaló en una comunidad religiosa de Málaga y esta vez ha optado por el Cantábrico, en concreto por la explotación tapiega finca "El Cabillón", donde pasará las próximas dos semanas colaborando en la recolección y los cuidados de esta finca ecológica ligada a Fundación Edes. Ha coincidido con otro cuatro "wwoofers" llegados desde Castilla-La Mancha, la República Checa y Alemania.

La responsable de esta finca que da trabajo a personas con discapacidad de la comarca, María Celis, explica que formar parte de esta red les permite aligerar trabajo en la época de mayor actividad del año: "Para nosotros es genial, sobre todo para la recolección porque lleva mucho tiempo". Explica, además, que los voluntarios que recalan en "El Cabillón" saben a lo que vienen y ponen mucho interés: "Quieren aprender y preguntan mucho".

Los intereses que arrastran a estos particulares voluntarios son dispares. Los hay como Brunello, que trabaja como profesor en Italia, que buscan una actividad diferente para sus vacaciones y también la oportunidad de conocer a gente con su mismo estilo de vida. Destaca la oportunidad que da esta red de viajar sin gastar mucho dinero. No en vano, ellos ofrecen su trabajo a cambio de alojamiento y manutención.

Otros, como el alemán Michael Riedmann, parten en busca de inspiración para sus proyectos de vida. "Pretendo hacer una granja ecológica y quiero aprender cómo se hace", explica. También Noemí Ortiz y Pablo de la Cruz, llegados desde Castilla-La Mancha, buscan aprender y adquirir conocimientos ligados a la agricultura. "Queríamos conocer este estilo de vida", explican. Por su parte, Kathrina Dvorackova, que llegó esta semana de la República Checa, buscaba dedicar sus vacaciones al voluntariado: "Quería aprovechar mi tiempo libre y me pareció una buena idea".

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