El más enigmático de la paleta de colaboradores de El Hormiguero (Antena 3), El Hombre de Negro, ultimaba este fin de semana los ensayos de las nuevas sorpresas con las que nos dejará ojipláticos esta temporada y nos ha querido contar algún que otro esbozo de lo que será esta nueva etapa.

El maestro de la Ciencia, el precursor del Arte a lo grande y el defensor del Reto, creó hace muchos años a este personaje inspirado en la saga de Matrix, gesto impoluto y frases breves, directas y lapidarias que ha encajado a la perfección con la audiencia y le permite, además, seguir manteniendo su identidad a buen recaudo -el contorno de sus ojos y el color de su iris es y seguirá siendo el gran misterio del programa del access prime time-.

Pocos le conocen por su nombre real, Pablo Ibáñez, y muchos menos saben que estudió Económicas y Empresariales en Madrid. La popularidad de sus secciones le han colocado como alumno aventajado en redes sociales, con más de 800.000 seguidores en Twitter. Además, es un dulce para la publicidad, ya que el 70% de los consumidores españoles le conocen y es un tiro entre el target más atractivo, el de los más jóvenes.

Sin embargo, de lo que también puede presumir El Hombre de Negro es de tener un gran corazón que apenas le cabe en el pecho y una vena de lo más solidaria junto a la Fundación Juegaterapia con la que ha colaborado en muchas ocasiones por hacer felices a esos pequeños que se encuentran malitos en los diversos hospitales de España.

Pablo Ibáñez: "Cree al hombre de negro para poder estar en la sombra"

-Tu sección de la Ciencia se renueva esta temporada. Nos decíais en la rueda de prensa que el desenlace no tendrá por qué producirse. Explícanos más eso porque no creo que aguantemos sin ver vuestra ciencia al completo.

El hombre de negro (EHDN): Va a ser como una historia en la que el invitado va a tener que tomar decisiones. Si llega tomando las decisiones correctas, estaremos al final de la sección con la sorpresa. Si no, no habrá desenlace.

-Pero televisivamente es un chasco, si se equivoca. Nos dejará con la miel en los labios...

EHDN: Siempre que hacemos algo tenemos el riesgo de quedarnos a la mitad. Así me pasa muchas veces porque hago cosas relativamente complicadas.

-Pasaste de aparecer muy poquito a ir ganando protagonismo... ¿imposición del jefe o que te ibas soltando más delante de las cámaras?

EHDN: Ha sido una cosa natural, pero ya hace muchos años que estoy delante. Al principio, preparaba la sección y la presentaba Flipy. Hubo un accidente con Boris Izaguirre, que se le quemó el pelo y, por seguridad, decidieron que yo, que era el que conocía bien la Ciencia, estuviera delante en acción. Cree el personaje de El Hombre de Negro para poder estar un poco en la sombra, pero el personaje gustó tanto que la evolución natural fue sacarlo y que tuviera su lugar.

-Llevas una sección con la ayuda de un equipo. ¿Cuánta gente trabaja contigo en la ciencia?

EHDN: Tengo un equipo con varias personas de producción y varios científicos. Llevamos una sección diaria que conlleva mucho trabajo, también la de Arte a lo bestia, semanal, y también la de Reto, que también la presento yo.

-¿Tienes vocación científica?

EHDN: Siempre me había gustado, pero no tenía ningún conocimiento previo.

-Llevas a cabo una labor muy importante en cuanto a acciones solidarias...

EHDN: Me gusta colaborar con muchas organizaciones, pero soy presidente de honor de la Fundación Juegaterapia. Tratamos de ayudar a los niños con cáncer que se encuentran ingresados en los hospitales españoles. Además de llevarles videoconsolas que dona la gente, estamos creando jardines en las azoteas de algunos de esos hospitales. Tenemos uno en el hospital de La Paz y hemos hecho el del Doce de Octubre y nuestro próximo destino es La Fe de Valencia.

-¿Es una labor grata?

EHDN: Es muy importante porque esos niños no se merecen estar así. Si tienen que pasar por eso, por lo menos hagámosles que sea lo más llevadero posible.

-¿Alejandro Sanz ha sido un gran apoyo también?

EHDN: Alejandro Sanz colabora muchos con nosotros. Nos mencionó en La Voz. Es un placer tenerle como amigo y como colaborador de la fundación porque su apoyo es muy importante. Personas con tan buenas sensaciones y energía como Alejandro, que estén cerca es un verdadero honor.

-Te vamos a poner en un compromiso. ¿Cuéntanos un momento de El Hormiguero en el que te sorprendiera que saliera la ciencia y otro en el que lo pasaras realmente mal?

EHDN: Te voy a contar una cosa que nunca había contado. Construimos en el otro plató una máquina gigante, como diez metros de alta, para lanzar aros de humo gigantes, y a 20 metros poníamos una vela que había que apagar. Nunca había funcionado, nunca, pero no tenía otra cosa y habíamos hecho algo titánico y no lo podíamos echar para atrás. En el momento del programa en directo lanzamos el aro y apagó la vela a la primera. A Pablo le entró un ataque de risa y me decía en directo: "No te lo crees ni tú, no te lo crees ni tú". La gente se pensaría que estaba preparado, para nada. Y no se volvió a conseguir.

-¿Y un chasco?

EHDN: Fue hace muchos años y había organizado una especie de escultura gigante de espuma, con hielo seco y la idea era echarle agua caliente y que empezara a salir espuma. Pero se había solidificado el jabón con el hielo seco, empecé a echar agua y no salió nada. Yo mirando a todas partes y veía que nada de nada. Ese es el momento en el que peor lo he pasado. Nadie me ha preguntado por eso antes.

-¿Cómo sales de una situación así?

EHDN: De ninguna manera. Falla y falla.

-¿Lo has repetido para quitarte la espinita?

EHDN: No, porque no era tan guay como para ser un reto. Esa quizá sea, si no la única, de las pocas veces que ha sido un fallo. Siempre puede terminar ardiendo algo que no debería o explotar, pero así de fallo de verdad, creo que fue la única.

-¿Se te queda pequeño el plató?

EHDN: No, no pasa nada, porque tenemos el otro plató y si no es bastante, nos vamos a la calle. Hemos hecho cosas hasta con aviones a reacción en el aeropuerto de Cuatro Vientos.