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La rubia

Sobre Susana Díaz

Julio Romero de Torres (1874-1930) pintó a la mujer morena, dice la canción. Así que sus repolludas modelos han pasado a representar el prototipo de la mujer española y, en particular, andaluza. O, al menos, así era hace la tira, cuando en casi todo hogar español colgaba un almanaque en que se veían unas señoritas con crines de azabache y más estáticas que estatuas.

Pero de entonces acá la cosa ha cambiado tanto que ahora piensas en la típica nativa de la Piel de Toro y lo que primero se te viene a la cabeza no es una morenaza como las de aquel calendario, sino una doña de estos tiempos, en que a partir de los 40 casi todas son rubias, igual que lo es Susana Díaz, presidenta y gerifalte del PSOE andaluz que a punto estuvo de hacerle el sorpasso a su compañero Pedro Sánchez a fin de acabar siendo, tal vez, la primera mujer presidenta del Gobierno de España.

Lo cual, salvo por vanidad o algo así, a estas alturas tampoco es que fuera a ser la repanocha, porque a España, vieja y sabia nación que últimamente hasta se permite dar lecciones en los saraos económicos más pintiparados, como en su día vaticinó Alfonso Guerra, no la conoce ya ni la madre que la parió.

Hasta tal punto que ahora una morena andaluza amanece un día con la cosa de que lo suyo es ser rubia y, tras teñirse, ya metida en vetas, va y monta el gran guirigay.

Porque la cosa es que, por ejemplo, Susana Díaz salió una mañana de la pelu, habló con algunos viejos roqueros de su partido y, ya puesta, se lanzó a hacerle el sorpasso a Pedro Sánchez, líder del PSOE que no acaba de cuajar y a quien algunos compis ya conocen como "El breve".

Pobre Pedro, que en plena eclosión de esa bomba comunicacional llamada Podemos, carece de las dos cosas que más cotizan hoy en el mercado político: labia y carisma. Es decir, que lo ves en la tele y, según te vas quedando roque, igual te vende algo, pero no por interés, sino por favor.

Es decir, que, al contrario que los figuras de Podemos, todo desparpajo y labia, este chaval apenas tiene tirón mediático. De modo que o se pone las pilas o ya lo veo repitiendo como un loro en todas las teles aquella frase que Florentino Fernández solía decir en el programa de Telecinco "El informal": "¡Lo que diga la rubia!".

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