Fiel a la tradición y en aplicación de la legislación vigente, el gran comercio de Gijón abrió ayer, primer domingo de julio, sus puertas. Las firmas con poderío de plantilla vendieron; el pequeño comercio, que necesita descanso como todo hijo de vecino, dejó pasar el primer domingo de las rebajas. Las nubes vinieron en auxilio de los comercios abiertos porque vecinos y visitantes de Gijón tuvieron muy pocas opciones de acudir a las playas del concejo, cuya arena estaba hasta húmeda por el casi medio litro de lluvia caída a primeras horas.
Mientras los vecinos esperaban, por ejemplo, los resultados de la consulta de Grecia tuvieron hasta tiempo de repasar los aniversarios de la semana. Por ejemplo, el 50.º aniversario de los conciertos de los "Beatles" en Madrid y Barcelona. El inolvidable Dioni Viña era de los pocos asturianos que pudieron presumir de guardar como en oro en paño una entrada del concierto de la plaza de toros de Las Ventas. Dioni, que se nos ha ido físicamente pero que cada día está más vivo en los buenos recuerdos, guardaba con enorme cariño aquella entrada, junto a otra que para él tenía tanto o más valor: la del partido en el que el Oviedo consumó su primer descenso a Segunda B, en los tiempos en los que lo entrenaba nada menos que Sabino Barinaga. Dioni acudió al viejo Tartiere con el también llorado Fernando Poblet, Ferpo, y un tercero que hizo de chófer para ambos. Dos playos en terreno contrario, que no hostil, testigos de un descenso azul de pie, detrás de una desconsolada Pixarra.
Un domingo de comienzos de julio con el cielo gris y el desconcierto comercial en las calles de Gijón puede ser una muy buena jornada para recordar sabrosas anécdotas de un pasado que seguro que no volverá. Los "Beatles" no volverán a tocar en Madrid y la gracia de Dioni y de Ferpo se queda en el mejor hueco de los recuerdos vitales.
