Los contrarios a la independencia de Cataluña se aferran a las grandes empresas y a los bancos en su afán por repudiar la propuesta secesionista. ¿Dónde va a vender cava Freixenet las próximas Navidades? ¿A quién colocará sus publicaciones Planeta o Bruguera? Sobre los bancos que amenazan, con la boca chica, con marchar si el referéndum lo ganan los nacionalistas, Mas ha dicho: "No se irá ni uno". Los banqueros harán lo que siempre han hecho: lo que más convenga a su cuenta de resultados. Por lo pronto, el Sabadell no necesita convocar a su asamblea para decidir un cambio de sede; le basta con un acuerdo de consejo. También apelan a que si Cataluña se independiza, el Barça tendrá que jugarse la Liga con el Cornellá. Y esa humillación resulta insoportable para una estructura deportivo-política que se autoproclama "más que un club".
