El resultado de las elecciones catalanas del 27 de septiembre, sin ser extrapolable al resto de las comunidades autónomas del país y a éste en su conjunto, sí marca unas determinadas tendencias, predisposiciones que a partir de ahora serán ratificadas o modificadas por las diversas encuestas que vayan apareciendo antes de que los comicios del 20 de diciembre dicten sentencia y acaben con todas las previsiones y las especulaciones.
Las principales conclusiones que se pueden sacar de los resultados catalanes con la vista puesta en las elecciones generales -dejando, por lo tanto, al margen a los partidos nacionalistas, cuya influencia en España es muy limitada e incluso en algún caso inexistente- son: por un lado, que Ciudadanos ha subido varios peldaños más en su intento por abrirse hueco en el mapa político español; por otro, que el PSOE ha cogido aire tras los vaticinios que no le eran precisamente muy favorables, al contrario que el PP, y, por último, que Podemos no cumplió ni de lejos con las expectativas que tenía -hace sólo medio año hubo sondeos que incluso le daban ganador en Cataluña.
Lo que cabe preguntarse ahora es si es posible un ascenso tan notable del partido de Albert Rivera en el resto de España. ¿Se dan las condiciones para que, por ejemplo, en Asturias Ciudadanos se pueda acercar a los hasta ahora partidos predominantes, PSOE y PP? Por estructura seguro que no, ya que apenas tiene. Lo reconocen sus propios dirigentes. Y por medios, en principio, tampoco. Por lo tanto, lo fían prácticamente todo al tirón de su líder nacional. Es de suponer que en el resto de las regiones -al menos en la mayoría- la situación será igual o similar a la asturiana. Aunque está claro que la propensión de Ciudadanos es a crecer. Y, según los sondeos, no poco.
Los socialistas y los populares asturianos están convencidos de que van a seguir siendo las fuerzas más votadas el 20-D. Los primeros no creen que el mal resultado de Podemos en Cataluña se vaya a repetir en el Principado. Eso sí, están persuadidos de que el grupo de Pablo Iglesias está a la baja y que, por lo tanto, va a obtener unos peores resultados que en las autonómicas de mayo.
IU fue en Cataluña en coalición con Podemos. Aquí, en diciembre, se van a disputar el mismo espacio político. Aventurar resultados ahora de uno y otro sería una osadía.
