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Cien líneas

Injuria

El estalinismo les sale por todos los poros. Vísperas electorales y Monedero insinúa que Rivera consume cocaína. Lo hace con la maldad hipócrita de la Komintern: se dice pero no se dice pero queda dicho y yo me voy de rositas.

Al tiempo, en Venezuela, Luis Manuel Díaz, secretario de Acción Democrática en Guárico, es asesinado a tiros cuando finalizaba un acto de la campaña electoral, en el que también participaba Lilian Tintori, esposa del líder opositor preso, Leopoldo López. Cuadro completo.

Los amigos de la narco dictadura chavista, que asesina como método político, inventan una paja en el ojo ajeno y esconden los crímenes sistemáticos de un Gobierno que los está financiando y que obtiene el dinero no ya del petróleo sino del tráfico de drogas. El dinero del petróleo llega a los podemitas vía Irán donde lapidan a las adúlteras y ahorcan con grúas a los homosexuales.

Ese es el mundo que viene, que ya está ahí, por más que Pablo Iglesias II y compañía obtengan un menguado resultado el 20-D. Van a menos para que el PSOE vaya a más y así Pedro Sánchez puede hacerse con la presidencia del Gobierno.

El resultado del desastre a la vista, a lomos del estalinismo de Monedero y compañía, está alimentado por los mil putiferios del PP que echó a la calle a un millón de trabajadores, subió los impuestos a lo bestia, afanó en Génova y en las esquinas más remotas del país, soltó en manada a los asesinos de la ETA y siguió al pie de la letra la antinacional hoja de ruta de ZP.

De los polvos populares a los lodos podemitas.

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