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Cien líneas

¡Oviedo!

Así que Oviedo y Málaga son las dos ciudades de España donde mejor se vive. Lo acaba de decir la Comisión Europea que no es una web de no se que alquimista social a quien si le sueltas mil euros afirma científicamente lo que se le ordene.

En Oviedo se vive muy bien porque es una ciudad singular. Hace 1.200 años era la capital de un reino que intercambiada embajadores con el emperador Carlomagno. Y cuando el sujeto en cuestión -muy poco recomendable, por cierto- se puso chulo y cruzó los Pirineos, un ovetense, Bernardo del Carpio, le paró los pies en Roncesvalles y se cargó a su sobrino Roldán. Apenas unos años después aquel sacro tinglado se venía abajo. Con anterioridad y también desde Asturias se había derrotado al imperio del sur, a los invasores musulmanes. Bernardo del Carpio era sobrino de Alfonso II que llegó hasta Lisboa escorriendo a los sarracenos.

De Oviedo era Alonso Quintanilla, creador del primer Estado moderno al lado de los Reyes Católicos -hacienda, censo, policía, moneda, ejército...- y financiador de la conquista de las Canarias y el Descubrimiento de América.

En Oviedo enseñó Feijoo, segundo escritor más leído en español y de la Universidad de Oviedo salieron Argüelles y Toreno, figuras clave de nuestra primera Constitución.

Incluso Oviedo pagó como nadie el golpe de Estado del 34 que obviamente nos hizo aún más fuertes.

Sumo y afirmo: como para que aquí no se viva superlativamente.

(Para la terapia de esta semana se recomienda vivamente el himno del Real Oviedo).

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