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Nueces de California

I wanna be president

Ante las próximas elecciones a rector de la Universidad de Oviedo

Próximamente comenzará la campaña electoral para la elección de un nuevo rector de la Universidad de Oviedo, la mejor universidad pública de Asturias. Si miramos al pasado, nuestra universidad ha tenido distintos tipos de rectores. Llama la atención la gran cantidad de doctores de la rama científica que nos han dirigido, y que tanto el campo literario como el tecnológico no parecen tener chance. Seguro que existe alguna razón, pues nada es fruto del azar.

Según la RAE, rector es quien rige o gobierna. En otros países se les llama presidentes y su elección es diferente a como aquí se realiza. Por ejemplo, cuando comentaba a mis colegas americanos que aquí votaban los alumnos, me miraban como a un marciano, y me decían: "¡Eso no es posible!" Les preguntaba el porqué, y me respondían: "¡Porque están de paso, como los turistas!" Sencillo, ¿no? Según los americanos el presidente debe de ser elegido con visión y criterio. Me gustaría trabajar en una universidad cuyos axiomas fuesen los siguientes:

1. Ser una universidad investigadora líder, comprometida con la enseñanza y el aprendizaje, propiciando un entorno que cultive la innovación y el liderazgo social y empresarial.

2. Ser líder mundial en investigación básica, aplicada, humanista y traslacional, profundizando el compromiso con la extensión universitaria y la transferencia tecnológica.

3. Cultivar la excelencia en humanidades, ciencias sociales y económicas, y en disciplinas artísticas, formando excelentemente los doctores del mañana y preparando a los graduados para su futuro profesional.

4. Crear un campus en el que las personas no sólo trabajen y estudien, sino que también participen plena y activamente en su dinámica, siendo ejemplo de las mejores prácticas?.

¿A que suena bonito? Yo diría que, además, suena raro. Esta es la traducción de los principales leitmotiv de una de las más grandes universidades del mundo. Por eso están donde están.

En nuestro caso, y más modestamente, creo que los candidatos a rector deberían reflexionar sobre los siguientes puntos:

1. P de Progreso: el rector siempre debería actuar en beneficio de toda la comunidad universitaria y no sólo de los grupos que lo han apoyado. Ese es el verdadero significado de la palabra progreso. Para ello, los programas deberían de ser cortos, con objetivos claros y realizables. Los candidatos deberían presentar a sus equipos antes de ser elegidos, dado que sabemos que un rector no es nada sin sus apóstoles. No deberíamos hacer un cheque en blanco.

2. S de servicio: el rector debería ser una persona que llegue a este cargo para servir a la sociedad y a la comunidad universitaria y no para servirse del mismo. Las decisiones que se realicen sobre los medios destinados a la investigación y a la promoción, tienen que estar basadas exclusivamente en el mérito y en una planificación plurianual de las necesidades. Recientemente, el consejo social ha dado la voz de alarma. Óiganla, pues estamos cansados de sofismas.

3. F de fantasía e I de ilusión: el personal de la universidad es a la vez docente e investigador (PDI). Ambas actividades son muy importantes. Actualmente nos pagan por dar clase y se promociona por méritos investigadores. Esta política puede que no sea perfecta, pero tampoco lo es el renunciar a la investigación. La tesis debería ser sólo un principio. La Universidad debería incentivar la creación de grandes institutos de investigación en los que todos los profesores estuviesen implicados. Se debería reactivar el campus de excelencia con criterios creativos. La falta de medios y de claridad termina aniquilando cualquier iniciativa creativa. La visión y la misión deben ir juntos de la mano, sino sólo es fachada. Se necesita fantasía, investigación, desarrollo e implementación (FIDI).

4. Rh en positivo: una empresa sin política de recursos humanos no es nada. Es crucial analizar la pirámide de edades y lanzar un plan de choque para rejuvenecer nuestras plantillas, pues de lo contrario en menos de 10 años la situación será dramática (ya lo es hoy) y solo habrá improvisación, no recambio. Hay que dignificar el contrato de profesor asociado y reservarlo a profesionales de reconocido prestigio del mundo de la empresa y/o de la enseñanza, prohibiendo los contratos precarios que se realizan a jóvenes doctores bajo este concepto. La política de contratar talento resolvería muchos problemas.

5. G de gestión y O de optimización: es necesario establecer un plan plurianual para los diferentes campus, y en particular para el de Mieres, cuyo desarrollo es el vivo ejemplo de lo que no hay que hacer. ¿Se acuerdan de la Escuela Politécnica Guillermo Schultz? Ni era escuela, ni era politécnica, ni era de ingeniería, y hoy es difunta. ¿Y del centro de Soft Computing? Los edificios ahí están, para recordarnos el fracaso. Se debe optimizar la gestión docente y la toma de decisiones, evitando fiascos y redundancias. Donde hay patrón no manda marinero.

6. C de calidad: es necesario asumir y analizar el fracaso de la adaptación del plan Bolonia, y abolir el aprobado por compensación (Boletín Nº 146-25/06/2013), que supone una ruptura de las condiciones de responsabilidad civil que significa la posesión de un título universitario. ¿Se pueden imaginar un médico que haya aprobado la anatomía por compensación? Se debería evitar la desmotivación del alumno introduciendo un tratamiento personalizado, promocionando las becas de excelencia académica desde el instituto. Hay que fomentar el trabajo autónomo en grupos de talla reducida, privilegiando el control de los conocimientos adquiridos y el éxito en el aprendizaje, evitando las evaluaciones que buscan el fracaso.

7. EU de extensión universitaria: la difusión de cultura, ciencia y tecnología hacia nuestra sociedad y nuestras empresas tiene que ser un objetivo primordial. Debería fomentarse el mecenazgo. El objetivo es formar a la clase dirigente que conducirá nuestra región y nuestro país a través del siglo XXI. La creación de riqueza y de propiedad intelectual es una asignatura pendiente para la que se deben destinar muchos más medios y talento.

Podría seguir, pero el artículo se haría muy largo, y seguro que los candidatos tienen propuestas creativas, y sobre todo realistas. Déjense de memeces de conservadores y progresistas y traten de explicarnos por qué ustedes son necesarios, y en qué van a cambiar para mejorarnos la vida. Piensen que nos encontramos en un ascensor y tienen un minuto para apasionarnos. Sean humildes y reconozcan que, si no se presentasen, tampoco se les echaría en falta, pues nadie es indispensable. La universidad es mucho más que un departamento, un laboratorio, un vicerrectorado, un buen índice H, o unos medios comunes mal gestionados. Debería ser el sitio que atrajese a las mentes apasionadas más preclaras. La mediocridad y el enchufismo deberían estar proscritos. Y ahora prepárense para convencer a nuestros políticos. JFK dijo que una persona inteligente es aquella que se sabe rodear de personas aún más inteligentes, y también dijo que las cosas no ocurren, sino que hay que provocarlas. ¡Creo que hoy he tenido un sueño!

¡Good Luck!

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