Tras la feliz caída del ministro José Manuel Soria, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, le pide más a Mariano Rajoy. De hecho, le reclama su propia cabeza, ya que nunca purgó la correspondiente y supuesta participación en el funcionamiento del dinero negro de Bárcenas en el Partido Popular, es decir, la corrupción intestina, que se suma a la externa de Gürtel, Brugal, Acuamed, Valencia, Púnica, Pokémon y Aquagest, Granada -la más reciente, de la semana pasada-, más un largo etcétera de casos. No obstante, parece que el PP de Rajoy acaba de liberar una gran presión soltando el lastre de Soria, que fue un visto y no visto, tal vez porque podamos estar a un par de meses de otras elecciones. Pero en lo que ciertamente estamos es a punto de cumplir cuatro meses desde los comicios del 20-D y a falta de quince días para que en la medianoche del 2 de mayo se cumpla el plazo de disolución del Parlamento. Hay fuertes indicios de que eso sucederá, pero no nos atrevemos todavía a predecir nada, pues lo que suponemos es que las cocinas de los partidos se hallan ardiendo en estos mismos momentos en un frenesí de sondeos o de "trackings", que es el nombre coetáneo de la actualización diaria o semanal de las encuestas. Por ello no descartamos que las izquierdas amanezcan en el último momento con una alianza por causa de captar palpitaciones de derechas en los "trackings" correspondientes. En cuanto a lo que espera el PP de sus respectivos seguimientos y encuestas nos basta la cabeza de Soria para tener cierta noción.
