La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sol y sombra

Diálogo imposible

Después de unas largas vacaciones, la disputa política ha devuelto a Podemos al primer plano de la actualidad. La discusión abierta tiene que ver, según han reconocido algunos de sus líderes, con la forma de afrontar el supuesto pacto de progreso con el PSOE. Iglesias es partidario de plantear una negociación espinosa con los socialistas de igual a igual, mientras que Errejón se muestra más complaciente con la estrategia de la amabilidad. Todo ello concierne, como es natural, a la escenificación y a la música. De hecho, el primero de los dirigentes se ha encargado de decir que su partido tiene que sonar más a Bruce Springsteen que al pop comercial de Coldplay. Por trivializar que no quede.

El caso es que no hay tregua para el diálogo o el acercamiento de posturas, que debería ser obligatorio en las circunstancias actuales. El centroderecha no suma para poder gobernar dado el bloqueo socialista, y la izquierda, pendiente de los apoyos nacionalistas e independentistas para acariciar un hipotético acuerdo in extremis, aguarda a las elecciones vascas y gallegas para tomarse la temperatura. Antes del 25-S es imposible entenderse incluso para cambiar la ley que evite votar en Navidad, en la hipótesis de que haya que repetir por segunda vez las elecciones. Todo está contaminado o es susceptible de contaminación en la inoperante mecánica nacional. Pero la culpa no pertenece exclusivamente a los partidos que interpretan a su manera el sectarismo de quienes les votan y no quieren salirse del guión frentista que obstaculiza una salida razonable a la contabilidad de las urnas.

Felipe González adelantó, en la primera de las tentativas fallidas, que la política española avanzaba hacia una italianización pero sin italianos. Este matiz es el importante y ha puesto en evidencia una vez más nuestra falta de cintura en la hora del acuerdo.

Compartir el artículo

stats