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Xuan Xosé Sánchez Vicente

El ídolo y la magia potagia

La confusión de entender que lo público es lo mejor para el ciudadano

La Xunta Xeneral. Don Francisco Busto, consejero de Sanidad: "El Principado no contempla bajo ningún concepto la desviación de pacientes a la medicina privada". Hay que señalar que eso ha venido haciéndose hasta ahora en determinados casos para anticipar operaciones, bien en centros concertados, bien privados. ¿Por qué no? El objetivo de una sanidad pública es que sea universal y gratuita, esto es, que esté al servicio del ciudadano y que cuide los dineros de todos. Entender "pública" únicamente como la realizada en los centros conceptuados como "públicos" es cosa que interesa a sindicatos, a profesionales y a los que discursean sobre lo público; pero no quiere decir ello que ahí "público" sea siempre lo mejor para el público, para el ciudadano, que es el objeto de la política, no los prejuicios ni las discursologías. Quizás don Francisco y quienes piensan como él hayan aceptado como principio rector la irónica frase de Molière: "Es más civilizado morir según las reglas [médicas] que curarse contra ellas". Una ofrenda al ídolo.

En el mismo ovetense lugar, el consejero anunció medidas legislativas para garantizar una espera máxima de seis meses para cualquier operación. ¿Hay retrasos superiores? Sí. ¿Se puede garantizar que una norma modifique la realidad? Únicamente en el caso de que existan en el presente retrasos debidos a la incapacidad, desidia o negligencia de los profesionales, o un mal uso de las instalaciones. De ser así, intervéngase. Si no, no se arregla de otro modo que con más personal y medios, en el entendimiento de que multiplicar por tres el gasto no solventa más que en uno las demoras.

Pensar en modificar la realidad inscribiendo letras en un papel no es una actitud distinta a la de pintar bisontes en una pared, al modo de nuestros antepasados, pensando que ello propiciaría la captura de la presa. Magia apotropaica, o, como dirían nuestros rapazos, "magia potagia".

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