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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El modelo Torrecilla

Una de las ventajas de los trotamundos del periodismo es haberse cruzado en otro tiempo con personajes que al cabo de los años se vuelven a cruzar en tu camino. Es el caso de Miguel Torrecilla, un central aguerrido que jugaba en la Unión Deportiva Salamanca cuando yo encaminaba los primeros pasos de mi senda en un periódico de esa ciudad. Era entonces, a finales de los ochenta, un defensa bravo de melena ensortijada, que había despuntado en el patio del colegio de los Salesianos, como su hermano Toño, que llegó el Atlético de Madrid. Como futbolista, su carrera finalizó en 2000 en la Cultural Leonesa, pero cabe señalar que profesionalmente ha sido más fructífera su labor en los despachos que a ras de césped.

Con Torrecilla, Javier Fernández contrata un modelo de trabajo y un ascensor. El nuevo director deportivo del Sporting es hombre de cantera: llegó al Salamanca desde el Salmantino y cuando tomó las riendas del equipo de su vida logró un acuerdo con el Arsenal que permitió la cesión de un jovencísimo Carlos Vela o la del aún más imberbe Botelho. Sin duda mirará a Mareo y le servirá de guía la fotografía que este periódico publicó el lunes, y que mostraba, reunidas, todas las joyas de la corona sportinguista: sus internacionales de las distintas categorías. Hay mimbres.

Con el Celta y el Betis su trabajo ha sido digno de mención en los últimos años, sobre todo en el cuadro gallego, al que ascendió y dio empaque. Me consta que ha puesto mucha ilusión en venir a Gijón, y que ayer culminó una semana larga de conversaciones. Su contratación, a priori, se antoja un acierto. Lo que venga después, Dios dirá...

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