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Catedrático de Universidad

Amazon y el coste sanitario en España

Lo que la digitalización puede hacer para reducir la factura de los sistemas de salud

Los españoles estamos justamente orgullosos de nuestro sistema sanitario, pero también excesivamente encajonados en el localismo de nuestras administraciones autonómicas respecto a un tema universal. Quizás por ello, hemos adoptado una visión providencialista consistente en pedir más y más dinero al erario público para atender nuestras necesidades médicas, cosa que ya no puede mantenerse en tiempos de precariedad. Enzarzados en ver el árbol de la batalla público/privada, no miramos el bosque de mantener esta sanidad pública con la que tanto nos identificamos.

Con la aceleración de la sociedad del conocimiento, la humanidad ha conseguido avances prodigiosos en diagnósticos y tratamientos médicos. La salud es un bien de demanda prácticamente infinita resoluble solamente utilizando nuevas prácticas para dispensar sus servicios. Necesitamos aproximarnos con nuevas mentalidades en las que se deje para el experto humano (médicos y enfermeros) aquellas tareas que una máquina digital no pueda o no deba hacer.

En una sociedad con esperanzas de vida formidables la aspiración a "una sanidad gratuita, universal y de calidad" puede ser un eslogan populista sino cambiamos la óptica de la asistencia sanitaria. Hoy no compramos como ayer, ni nos hospedamos de la misma forma y así podemos seguir con multitud de necesidades que satisfacemos de forma distinta con la digitalización.

Un ejemplo de los nuevos actores presentes, es Amazon. Una empresa basada tanto en una depurada logística, como en la inteligente explotación de su "nube" digital. Ella se ha convertido en una especie de "superman" para la reducción de costes en todos los sectores en los que ha irrumpido. Su modelo para conseguir esta capacidad de deflación consiste en un gran volumen de operaciones con beneficios bajos, y en la desintermediación entre cliente/usuario y fabricante/proveedor (de servicios).

Ante la incapacidad del Gobierno de EE UU por dar una fórmula que permita rebajar el coste de la sanidad, Amazon, junto a JPMorgan Chase (el principal grupo financiero por activos de EE UU) y Berkshire Hathaway, el gran conglomerado de Warren Buffett (que entre sus principales negocios incluye a los seguros médicos), han decidido investigar sobre aquello que la digitalización puede hacer en favor de la reducción de estos costes. Ello tiene una doble lectura, la primera va dirigida a conseguir ahorros para sus propios empleados, la segunda es universal y consiste en conocer lo que puede ayudar la digitalización para controlar los gastos en los sistemas de salud sin reducción del nivel actual de eficacia. Paradójicamente, cuando la obra esperanza del Obamacare está siendo desmantelada por Trump, la tecnología va a intentar que el ciudadano americano cuando enferme no este irremediablemente abocado a recurrir a unos servicios médicos acostumbrados a facturas poco menos que inmorales. Para ser justos, no hay que dejar de reseñar los esfuerzos de Apple y en menor medida de Alphabet y Microsoft para encarar este problema.

Quiero pensar que algo está cambiando en el capitalismo y que estas corporaciones son sinceras al presentarse con la promesa de afrontar los crecientes costos que califican de "tenia hambrienta y descontrolada". Reconocen que todavía no tienen respuestas sobre cómo hacerlo, pero no aceptan la insolubilidad del problema. Lo importante es la promesa de que están dispuestos a financiar esfuerzos en I + D poco menos que exhaustivos, para proceder a continuación a un experimento a escala real con el millón de trabajadores estadounidenses que están en sus nóminas. Reconozcamos que ningún estado europeo esta en condiciones de afrontar una tarea como ésta, y mucho menos hacerlo con la flexibilidad que va a tener una estructura como la creada por Amazon, JPMorgan y Berkshire.

Sin apriorismos ideológicos, el mensaje que los responsables sanitarios españoles deberían retener es que la tecnológica Amazon y otros dos gigantes se declaren necesitados y obsesionados con proporcionar servicios de bajo costo y buena calidad, tratando de cortar el nudo gordiano de costos en constante aumento. Se trata de utilizar tecnología para reducir costos sin perder calidad. Solo los profesionales podrán certificarlo y esta es su gran responsabilidad en la difícil hora del coste/beneficio. Obviamente el papel de la máquina a la hora de diagnosticar no será el mismo que en el momento de recetar o de ir al quirófano; tampoco en la de definir la salud pública, etc.

Como todo camino que se empieza a dibujar, es difícil determinar con exactitud qué tecnología se empleará, ni qué partidas específicas se van a reducir y sobre todo adivinar en qué medida tecnólogos y médicos sabrán trabajar juntos frente a problemas complejos. En caso de conseguir soluciones razonables los tres grandes bloques geopolíticos se acabarán beneficiando: América tendrá un marco para un Obamacare más adaptado a lo digital; China, con un sistema de salud por construir, podrá empezarlo desde una óptica digital y en la socialdemócrata y protectora Europa podremos, por fin, adaptar nuestros viejos sistemas a los nuevos tiempos.

La noticia de que Amazon quiere domesticar la inflación de los costes médicos continúa una tendencia propia de la digitalización, en la que visionarios como Jeff Bezos, Bill Gates y Elon Musk han asumido roles que tradicionalmente han correspondido a su gobierno, ya sea gastando cientos de millones de dólares en investigación básica, enviando cohetes al espacio, revolucionando la infraestructura necesaria para la cuarta revolución industrial o construyendo nuevas compañías de atención médica. Puede resultar inquietante que corporaciones con fines de lucro creen una nueva institución, ahora sin fines de lucro, para hacer lo que ha venido haciendo la institución sin fines de lucro más importante para ellas: el gobierno federal de los EE UU. Es como si el trabajo de gobernabilidad se externalice a través de corporaciones privadas.

La compañía estará "libre de incentivos y restricciones para generar ganancias". ¿Qué significa declararse libre de incentivos lucrativos, en lugar de ganancias reales? No está claro, pero poco nos importa en este momento. Europa es un secundan en materia digital y sólo queda observar y aprender. Después podremos optar políticamente con conocimiento de causa.

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