Esperanzados. Así dicen sentirse los familiares de Silvia Vega, una joven amievense con discapacidad intelectual que desde el pasado 12 de diciembre no puede acudir al Centro de Apoyo Integral (CAI) de Arriondas por falta de transporte, tal y como contó en LA NUEVA ESPAÑA. "Nos llamaron ayer de la Consejería para decirnos que ya habían encontrado una solución pero que no nos la comunicarían hasta dentro de unos días", dijo la hermana de la afectada, Verónica Vega, que mostró su malestar por "el maltrato" supuestamente recibido por parte de los gestores del centro, en manos de la Fundación pública Asturiana de Atención y Protección a Personas con Discapacidades y/o Dependencias (Fasad) desde 2013.
Según su versión, el director del centro advirtió a la joven de que no volviera más porque no había ayudas para transporte. "No nos parecieron las formas, deberían de haberlo comunicado a la familia por escrito", opina. "Entendemos que Silvia tiene derecho a transporte (hasta ahora un taxi la bajaba de Cien a Tornín, donde cogía un autobús para ir al centro) y así se lo comunicamos. Su respuesta fue que la bajáramos con el panadero o que pagáramos nosotros el taxi", lamentó. La familia habló ayer con los Servicios Sociales para agilizar la restauración del transporte "porque desde que no acude al centro Silvia tiene depresión".
Y añadió: "Nos pidieron documentos como declaración de la renta o certificado de convivencia para actualizar su expediente, algo que llevará tiempo. Mientras, quieren que paguemos el taxi e intentemos solicitar una ayuda de emergencia pero no nos parece solución", aclararon.
