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«Participar en este tipo de actos es algo que gratifica mucho». Todas las modelos de ayer tienen en común el haber sufrido y superado un cáncer de mama y las ganas de mostrar al mundo que la vida sigue y, como no se cansan de repetir, que «mientras hay vida, hay esperanza».

Leonor de la Fuente lleva participando en el desfile desde 2003. Nunca antes había subido a una pasarela. Hace once años le realizaron una mastectomía y hasta que le reconstruyeron el pecho asegura que no pudo volver a su vida normal. «Renuncié a todo en ese tiempo», dijo ayer, al tiempo que disfrutaba de las prendas del desfile: «Me encanta la ropa, cada año es más favorecedora. Éste modelo que llevo ahora es de chica joven».

Laura Fuentes no quería desfilar este año. Cambió de opinión cuando se enteró de que dos de sus compañeras de la edición anterior no estarían este año, pero no por voluntad propia, sino porque están de nuevo en tratamiento. Entonces pensó: «Yo que puedo, tengo que estar ahí arriba, dando ánimos». La experiencia de Laura Fuentes es diferente. La cirugía que a ella le aplicaron -se denomina conservadora- le permitió mantener su pecho. Ella considera que es preciso enviar el siguiente mensaje a todas las mujeres que estén pasando por este duro trago: «Hay que tener esperanza y seguir viviendo. Los que te quieren te seguirán queriendo igual. Y, sobre todo, no hay que temer a la enfermedad. Hay mucho miedo a decir la palabra cáncer, y hay que decirla, tiene que oírse. Es una terrible enfermedad, pero como otras».

Porfiria Fernández es otra de las veteranas. Ayer llegó muy ilusionada al desfile porque había logrado ponerse en contacto con Mercedes Milá para que se interesase por la labor de la asociación. La periodista prometió que para la próxima edición estaría encantada de colaborar, e incluso de presentar su desfile de moda.

María Zapico también ha cogido experiencia durante estos años desfilando. Asegura que el primer año, cuando la llamaron, se lo pensó. Pero después de ver de qué se trataba, los años siguientes no lo dudó ni un momento. Después de tres años colaborando con la asociación en este desfile, a Carmen María Moreno le sigue dando vergüenza subirse a la pasarela, pero asegura que merece la pena.

La colaboración de estas mujeres para la celebración del desfile es total. Como buenas profesionales no pierden detalle. Ellas mismas se maquillan, se traen sus accesorios de casa y se acicalan ante el espejo. Pendientes, sombreros, calzado..., no se olvidaron de ningún complemento. «La verdad es que no estoy nada mal», se decía Porfiria Fernández, entre bambalinas, minutos antes de saltar a la pasarela.

Pero la colaboración no se quedó ahí. El coro «Coraje», de Sariego, también decidió apoyar el acto con una actuación musical en el intermedio del pase de ropa de baño y el de lencería. Rocío, Andrea, Lucía, Marta, Montse y Tamara animaron al público con «grandes éxitos de ayer y de hoy». La recaudación de las ventas de su disco «Canciu a Sariego», en el que colaboran otros artistas de la zona, la destinan a la Asociación Contra el Cáncer.

El desfile se celebró durante una hora y media en uno de los salones del hotel Reconquista, el escenario habitual de ediciones anteriores. Unas doscientas personas apoyaron a las mujeres y a la asociación con su presencia y sus aplausos. Uno de los momentos más emotivos de la tarde se vivió al cierre del acto, cuando el coro «Coraje» dedicó a «estas grandes modelos» la «Salve rociera». Como colofón, una merienda para reponer fuerzas.