El Grupo I de la Brigada de Extranjería de la Jefatura de Policía de Asturias ha detenido a E. C. A, varón de 34 años, nacido y residente en Oviedo y a C. N. M. L., de 52 años, nacida en Cuba y con domicilio en Oviedo; el primero como presunto autor de los delitos de estafa, intrusismo profesional, falsificación documental y amenazas y la segunda como presunta autora de una estafa. La investigación policial se inició tras las denuncias de ciudadanos de origen senegalés y marroquí que manifestaban haber sido estafados por un abogado que les prometía regularizar su situación o la de un familiar en España.

El nexo de unión entre las víctimas era que todas habían tenido contacto con una vidente cubana que además de sus servicios como santera les había informado de la existencia de una abogado llamado Enrique, dedicado a la tramitación de expedientes de extranjeros, que podría conseguirles permisos de residencia y trabajo en nuestro país, servicio por el que les cobraba 3.000 euros. El propio Enrique también había montado un santuario en su domicilio y se dedicaba a la videncia. El juez decretó libertad con cargos para ambos.

Por su parte, el Grupo de Delincuencia Económica de la Jefatura de Policía de Asturias, detuvo a M. P. F. F., una mujer de 54 años, nacida en Tineo y con domicilio en Oviedo, como presunta autora de más de diez estafas. Esta mujer elegía a sus parejas sentimentales en función de un perfil muy determinado: hombres solos, con poder adquisitivo y vivienda propia. Una vez que se encontraba en sus casas, se hacía con números de cuentas y tarjetas bancarias, encargando compras en empresas de venta por catálogo. Cuando recibía la mercancía -robots de cocina, vajillas, cristalerías, relojes y sortijas de oro-, la justificaba como regalos, que ella misma había comprado ya que entendía que ellos estaban muy ocupados. También sustraía la correspondencia postal de los buzones de los vecinos de sus parejas, y a través de la información contenida en los recibos bancarios, realizaba compras por el mismo procedimiento, pero esta vez facilitaba la dirección de su propio domicilio de Oviedo.