Pablo GALLEGO

«Engrandecer los límites de la cultura». Ésta es, según el director del Conservatorio Superior de Música, Alberto Veintimilla, una de las razones para conceder el premio «Ángel Muñiz Toca», que reconoce a los mejores alumnos del Conservatorio, a sus cuatro últimos ganadores. María Ovín, Jesús Rodríguez, Diego Ena y Juan Ureña recogieron ayer los diplomas que acreditan sus matrículas de honor en Música.

El auditorio del Conservatorio, que tantas veces les escuchó ensayar y corregir durante sus años como estudiantes, sirvió ayer para presentar a los cuatro ganadores del «Ángel Muñiz Toca» como músicos profesionales. «Los mejores frutos» de la enseñanza musical en Asturias, aseguró Veintimilla. Los cuatro respondieron al reconocimiento con música y acompañados por quienes, hasta hace poco, eran sus compañeros de Conservatorio.

La Orquesta de Cámara del centro, dirigida por Francisco Vigil Sampedro, acompañó las evoluciones al piano de Diego Ena, que eligió el «Concierto para piano y orquesta n.º 25 en do mayor», KV 503, de Mozart. También al viola Juan Ureña, que interpretó el «Andante y rondó a la húngara», de Weber. En las butacas, familias y colegas de los ganadores aplaudieron y pitaron a los músicos. Recién graduados, sus carreras ya han empezado a rodar, tanto en jóvenes orquestas internacionales como con programas solistas que les acercan al músico con el que alguna vez soñaron ser. El premio les asegura además participar en la Semana de Música que la Fundación Príncipe de Asturias organiza los días anteriores a la entrega de sus premios. La directora de la institución, Teresa Sanjurjo, destacó el «esfuerzo, la disciplina, el trabajo y la vocación» necesarios para convertirse en músico.

La Sinfónica del Conservatorio, dirigida por José Esteban García Miranda, cerró el concierto junto a los otros dos ganadores, Jesús Rodríguez, con la «Romanza para viola y orquesta» de Brux, y María Ovín, que tocó el «Concierto en re mayor para violín y orquesta» de Chaikovski. Un paso más en el camino que les lleva desde el pasado en las aulas hasta el futuro en la música.