Pablo GALLEGO

«La Universidad no va a hacer ningún ERE». Así de tajante se muestra el vicerrector de Profesorado, Julio Antonio González, al negar la posibilidad de que la institución docente vaya a reducir su plantilla de profesores para el próximo curso a través de un expediente de regulación de empleo. Un mensaje que, además, sirve como respuesta a la última exigencia del Principado: que la institución académica recorte un 4 por ciento su gasto en nóminas, 133 millones de euros, de aquí a 2013. Una medida que ahorraría a las arcas asturianas 6,6 millones de euros al año.

«Entendemos que, en época de crisis, el Gobierno tiene que tener prioridades», admite González. «Deben saber qué alternativas potenciar necesariamente y en dónde tienen que recortar, pero sería muy negativo hacerlo en educación, sobre todo en la superior», opina el vicerrector. Según fuentes del Gobierno regional, la petición de ahorro no parte del Ejecutivo asturiano, sino que se trata de una medida que afectará a todas las universidades públicas españolas. El objetivo, ayudar a reducir el endeudamiento de las comunidades autónomas.

González asegura que la institución académica «peleará» por tener «todos los medios suficientes para cumplir la misión que la comunidad asturiana tiene encomendada a su propia Universidad». En el punto de mira, terminar con éxito la actual fase de la adaptación al espacio europeo de educación superior (EEES), «algo impensable a coste cero», asegura González.

Frente a las peticiones de ahorro, la Universidad afirma que su política de austeridad es «extrema». Según el vicerrector, una de las medidas de ahorro ya en marcha es la jubilación voluntaria, para «liberar presupuesto que pueda utilizarse para nuevas necesidades». Entre ellas, «reequilibrar» la plantilla docente y «rejuvenecerla».

Según cifras del Vicerrectorado, la Universidad de Oviedo cuenta con 1.987 profesores -el pasado septiembre eran 2.021- y una media de edad de 50 años. De ellos, 1.500 son funcionarios. Una plantilla estable que se complemente con otra, según González, «flexible», ya que «lo que demandan los estudiantes cambia cada año». Según diferentes fuentes, justo esa plantilla de profesorado asociado o interino era la que se pensaba recortar -y de forma drástica- para tratar de cumplir la exigencia de reducir un 4 por ciento el gasto en nóminas.

Según la Universidad, la petición de austeridad viene en el peor momento -por los gastos derivados del «plan Bolonia»- y su aplicación a la plantilla docente sería casi irrealizable. Primero, porque cumplir los objetivos que marca el proyecto de educación europea exige, entre otros requisitos, no tener grupos con más de veinte alumnos. Esto obligaría a la Universidad a aumentar su plantilla docente, justo la situación contraria a la que se plantea. Después, por la propia evolución profesional de los docentes.

Según la vicerrectora de Ordenación Académica, Paz Suárez Rendueles, este año aumentarán las retribuciones por «quinquenios de docencia, sexenios de investigación y por los trienios que tiene cualquier funcionario público», explica. Así, «aunque no contratemos a ningún profesor, el montante de las nóminas sube, porque la plantilla envejece y suma años de servicio», añade la vicerrectora. Además, la institución aún tiene pendiente reconocer el rango de catedrático a 80 profesores titulares, lo que sumaría 692.160 euros más a la cifra, 8.652 euros por cada uno. «Son los mejores y tenemos que satisfacerles», apostilla.

Tanto González como Rendueles son conscientes de que, en el actual panorama económico, el Principado pide a la Universidad «lo mismo que al resto de las administraciones, que hagan un esfuerzo». Pero según el responsable de Profesorado, «ser más competitivos sólo se consigue a través del conocimiento». Y envía otro mensaje más: «El Gobierno regional debe reconsiderar su postura sobre la Universidad, porque si no lo hace, no estará poniendo los medios capaces de solventar la crisis».