Ch. NEIRA

Del 15-M al 15-N, el movimiento de los «indignados» celebró ayer seis meses de vida, desde aquel primer domingo en que, en el caso de Asturias, miles de manifestantes marcharon en Oviedo desde la plaza de la Escandalera a la de España para denunciar que no querían ser mercancía en manos de políticos y banqueros. Después se tomó la plaza y ayer volvieron a reunirse allí, pero no sólo para celebrar su aniversario. Fieles a la decisión tomada en una asamblea anterior en la que habían acordado que de cara a las elecciones el movimiento volvería a hacerse visible en un espacio público, allí anunciaron que el 15-M asturiano ocuparía la vieja sede de la Consejería de Salud en General Elorza. Y una treintena de activistas marcharon hasta el edificio y lo ocuparon.

Claro, que los indignados prefieren hablar de «recuperación» antes que de «ocupación», pues su decisión de entrar en el viejo Instituto de Sanidad, que ayer por la noche ya se afanaban en adecentar y en cuyo interior celebraban las primeras asambleas, va acompañada de hacer allí, hasta donde dure, un centro social.

Así, muy escrupulosos con el protocolo y con el ánimo de no generar problemas, el 15-M anunció que respetará con celo el derecho al descanso vecinal y que sus primeros pasos durante el día de hoy irán encaminados a entrar en contacto con los movimientos vecinales de la zona para incorporarlos a la causa. Se trata, explican portavoces de los «indignados», de hacer del edificio de la que fue Consejería de Salud un centro donde se impartan talleres o se representen obras de teatro. Un centro que, por otra parte, distintas asociaciones reclamaban para el barrio desde hacía tiempo, precisan desde el 15-M asturiano.

La elección de este edificio no es cuestión baladí. Tanto esta sede de Consejería como la de enfrente, que acogió Bienestar Social, fueron utilizadas en una permuta en la que ambas fincas pasaban a Sedes y en la que las consejerías se mudaban a las alas del Calatrava, donde el Principado compraba oficinas por 60 millones de euros a Jovellanos XXI. Ahora Sedes proyecta en la vieja sede de Salud viviendas de lujo. Conclusión para el 15-M, «el edificio es un inmueble emblemático, ejemplo de lo que ha sido el pelotazo urbanístico, en este caso, auspiciado por dos administraciones públicas, la autonómica y la municipal, que convirtieron suelo público en uno residencial para viviendas de lujo. Además, hay un informe de la Sindicatura de Cuentas que pone en duda la legalidad de la venta de patrimonio que se realizó en la operación del Calatrava».

El 15-M asturiano se suma, así, a las ocupaciones realizadas en otras partes de España que buscan volver a hacer visible el movimiento y llamar la atención, también, sobre algunas de las causas de la crisis, como fue, en el caso que ocupa la toma de la sede de Salud, la especulación urbanística.

La ocupación, «recuperación» en el lenguaje indignado, se realizó ayer por la noche de forma totalmente pacífica, y al cierre de esta edición los «indignados» no habían recibido la visita de ninguna fuerza del orden público.