E. VÉLEZ

Ni Antonio Masip, ni Luis Riera ni Manuel Álvarez-Buylla, la mayor parte de los ovetenses de poco más de 20 años desconoce el nombre de algún alcalde de la ciudad que no sea Gabino de Lorenzo. «No tengo ni idea de quién mandaba en el Ayuntamiento hace más de dos décadas», comenta Juan Otero, un diplomado en Enfermería, de 23 años, actualmente en paro.

Desde que De Lorenzo comenzase su mandato en el Consistorio en 1991 varias generaciones han nacido y crecido con su nombre como único referente. Los concejales que formaron parte de las seis corporaciones municipales capitaneadas por el regidor saliente han pasado sin pena ni gloria por la memoria colectiva de los veinteañeros. «Sé que el sustituto de Gabino se llama Caunedo y que también está en el Ayuntamiento, pero no sé exactamente a qué se dedica», señala Nicolás Díaz, estudiante de Periodismo, de 19 años, que vive en Salamanca desde hace dos.

Sobre los cambios que la ciudad ha sufrido en los últimos tiempos, los jóvenes no tienen muy claro cuáles fueron impulsados por De Lorenzo, aunque el Palacio de Congresos de Buenavista y el estadio de fútbol Carlos Tartiere son algunos de los más nombrados. «No estoy segura de si la losa de Renfe fue obra del antiguo alcalde, porque para mí, al igual que otras muchas cosas de la ciudad, ha estado ahí desde que era pequeña», explica la ingeniera forestal de 23 años Miriam Menéndez. Mucho más claro lo tiene Belarmino Álvarez, de 22 años, estudiante de cuarto curso de Dirección de Arte Dramático, que dice: «Relaciono a Gabino con las obras faraónicas de la ciudad, desde el Auditorio hasta la Losa, pasando por la peatonalización o la fuente de la plaza de América, a la que todos llamamos la Gabinona».

Entre los aspectos positivos de la Alcaldía de De Lorenzo, los jóvenes destacan por unanimidad la «Escoba de oro» de la ciudad, «estoy acostumbrada a caminar por las calles más limpias de toda Europa, que son las de Oviedo, y cuando vas a otra ciudad e incluso a otro país se nota mucho la diferencia porque siempre están más sucias y peor conservadas», comenta la ingeniera forestal Menéndez.

Las instalaciones deportivas son muchas y de gran calidad para la generación De Lorenzo, que acude con regularidad a alguno de los complejos ovetenses. «El Yago Lamela, en La Corredoria, es uno de mis sitios preferidos para entrenar y quedar con los amigos, pero hay una gran oferta en muchos barrios, y así los deportistas podemos elegir uno u otro», dice el estudiante de Periodismo Díaz. Los centros de estudio también forman parte de las preferencias de los jóvenes ovetenses, que en los últimos años han cambiado la intimidad de sus hogares por las salas abarrotadas de universitarios gracias a la amplitud de horarios y la oferta existente en los barrios.

Por contra, la vida cultural es calificada como «pobre» por los jóvenes. Adrián Arenas, un antenista de 23 años, cree que «aquí apenas se ha hecho caso a la juventud, sólo hay ópera y zarzuela, y a veces tengo la sensación de vivir en una ciudad avejentada que tampoco hace nada por rejuvenecer». Su coetáneo Díaz pone como ejemplo los conciertos mateínos, «nunca he asistido a un espectáculo puntero en San Mateo de alguna estrella mundial que arrastre masas, y sé que hace tiempo vinieron artistas muy reconocidos a Oviedo».

El mobiliario urbano genera opiniones enfrentadas; mientras algunos defienden la estética, otros, como la joven Menéndez, opinan «que no va con los tiempos y es poco útil». Para el enfermero Otero, «la ciudad es muy bonita gracias a las zonas verdes y el mobiliario, que convierten Oviedo es un lugar muy señorial, que demuestra que el Alcalde luchó por mejorar».

La deuda de la expropiación del palacete de «Villa Magdalena» es para gran parte de los jóvenes «un lío muy difícil de explicar», tal y como señala Juan Otero, y «un pago insalvable» para la joven estudiante de Historia, de 22 años, Cristina Lago.

La noticia de la marcha de Gabino de Lorenzo de la Alcaldía y su nombramiento como delegado del Gobierno en Asturias sorprendió a los veinteañeros, totalmente acostumbrados a la figura del ya ex regidor de la ciudad durante dos décadas.

Según la comercial Andrea Jankovic, nacida en 1991 (el primer año de mandato de De Lorenzo), «me resulta extraño pensar que tenemos nuevo alcalde, además sabía que llevaba mucho tiempo en el Ayuntamiento, pero no que había comenzado en la fecha de mi cumpleaños». Para Álvarez, el estudiante de Arte Dramático, «la noticia de que Gabino dejaba el Ayuntamiento ya se comentaba desde hacía días y yo esperaba encontrármela en las portadas de los diarios de un momento a otro».

Los jóvenes conocieron el nombramiento de Gabino de Lorenzo como delegado del Gobierno a través de la prensa y las redes sociales como Twitter. Para la estudiante Lago, «dos décadas me parece un tiempo excesivo en un mismo Ayuntamiento, aunque la ciudad ha mejorado su aspecto y ha ganado en infraestructuras a lo largo del tiempo».

El relevo de Agustín Iglesias Caunedo como alcalde ha cogido desprevenidos a los veinteañeros, que, pese a que no lo conocen, esperan que «los jóvenes tengamos más presencia en la ciudad».

Belarmino Álvarez. 22 años.

Miriam Menéndez. 23 años

Adrián Arenas. 23 años

Juan Otero. 23 años.

Cristina Lago. 22 años.