El Auditorio se tiñó ayer de rojo, amarillo, verde y azul, los colores protagonistas del parchís y también del musical del mismo nombre en el que cuatro niños ataviados con estas alegres tonalidades, aburridos en un viejo y frío desván, penetran, de forma mágica, en el interior de un tablero para disfrutar de la música, los juegos y la aventura. En la imagen, dos de los jóvenes actores y cantantes, durante el espectáculo que ayer por la tarde reunió en el Auditorio a un público predominantemente familiar.