Elena FERNÁNDEZ-PELLO

El Ministerio de Defensa anuncia que, en caso de que la empresa General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas abandone los terrenos e instalaciones de la Fábrica de Armas de La Vega, estudiará su desafección y su enajenación «con el objeto de financiar los posibles programas de infraestructura y equipamiento de las Fuerzas Armadas». El Ministerio se embolsará íntegramente los beneficios de la venta del complejo fabril, con 120.000 metros cuadrados de terrenos en pleno casco urbano.

La Subsecretaría de Defensa, con Irene Domínguez-Alcahud al frente, despeja así las dudas de los diputados socialistas, que, a instancias de Antonio Trevín, miembro de la Comisión de Defensa del Congreso, y al hilo de las comparencias sobre los Presupuestos Generales del Estado, le plantearon varias preguntas sobre la Fábrica de La Vega la semana pasada.

Cuando la empresa abandone los terrenos de La Vega, informa Defensa por escrito, «se reintegrarán al Ministerio» y éste, en caso de no encontrarlos «útiles para sus fines», «estudiará su desafección» y los pondrá «a disposición del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (INVIED) para su posible enajenación».

Es la primera vez que el Ministerio habla abiertamente de la venta de La Vega y deja bien claro que es el titular de los terrenos y quien se beneficiará de ellos. «Especial diálogo e interlocución» es el único compromiso que adquiere con el Ayuntamiento de Oviedo y con el Gobierno del Principado.

Antonio Trevín advierte de que «éste no parece el mejor momento para hacer caja con los terrenos». Critica el «ordeno y mando, sin escuchar a los interesados» que guía la acción de Gobierno del PP y exige que la empresa aclare si, en Oviedo, «está hablando de un traslado de producción o del cierre de una línea de producción específica».

Ayer, en el Senado, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, se desentendió del futuro de la Fábrica de La Vega, desvinculándose de General Dynamics-Santa Bárbara Sistemas y sus estrategias empresariales. «Es una empresa privada, por tanto completamente autónoma en sus decisiones industriales y empresariales», manifestó, en respuesta a la pregunta que le planteó ayer en el Senado el representante de Foro Asturias, Isidro Martínez Oblanca.

La fusión de La Vega y Trubia es «una decisión soberana de la empresa», insistió y recalcó que «el Ministerio no tiene una relación directa con la empresa desde el punto de vista del accionariado».

El Ministerio de Defensa, según Morenés, sólo mantiene en acuerdo de cesión de terrenos de La Vega, que renovó el pasado 22 de junio, y no puede hacer más que exigir competitividad a la compañía. Y a este respecto, añadió, «los ahorros y sinergias generados por la concentración permitirán ventajas competitivas decisivas».

Morenés agregó que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) ha verificado el «cumplimiento perfecto» de los compromisos que General Dynamics adquirió cuando el Gobierno de Aznar privatizó la empresa.