Hoy, 19 de marzo, es tu cumpleaños y tu santo. En nombre de mis dos hermanas te queremos felicitar, y yo te quiero contar que, aunque ya sabes que el viernes 16 di a luz a mi primer hijo y al que has conocido sólo por fotos, hemos decidido llamarlo José.

Hasta última hora no sabía si me darían el alta a tiempo para poder estar aquí y despedirme como una hija debe hacerlo de su padre, con la cabeza alta y orgullosa, con una sonrisa en la cara porque has sido un padre especial y prodigioso y porque tengo tantas y tantas cosas que contarte que aquí quiero sólo decirte unas pocas.

Tu tercer nieto está ya en trámites de ser socio del Real Oviedo, conocerá cada rincón de nuestra querida ciudad y cada 6 de enero se despertará al grito de «¡que vienen los Reeeeeeeeeeeeyes!». Cuando sea un poco mayor aprenderá a saborear las delicias de la gastronomía asturiana, empezando por un buen plato de patatas con huevo frito y chorizo como el que comimos la semana pasada contigo.

Y como sé que te emocionas, no quiero que pases un mal trago y, desde donde estés, simplemente me mandas un coscorrón a modo de saludo, nos miramos cómplices y yo te envío un beso infinito.

Papá, te queremos. Ah, y por supuesto, Aurora queda en las mejores manos, las de sus tres hijas, María, Eva y Elena, que la queremos con locura, como a ti.