Uno sabe que las cubiertas de su bólido se degradan y no se le ocurre pedir prórroga cuando sus rivales acaban de salir de boxes, con ruedas nuevas y alerón flamante. Rodar desgasta, o sea. Cascos, que quería mucho caldo, se queda con la taza a medias y ha de pactar, ha de llegar a acuerdos, ha de lograr la armonía de contrarios; pero ¿pactar con su propia escisión? ¿Separarse para unirse? Como diría Abril Martorell, en 1996, lo que no se puede hacer con el poder es no usarlo. Veremos qué hace Foro ahora que no lo tiene. Yo, asesor del consejo de ancianos, recomendaría a la derecha, a cualquier derecha, que se pusiera de acuerdo, precisamente en las cosas un poco bellacas, y no con su cuerda, no con su cisma; diría lo que Ortega en su «Prólogo para franceses»: si eres de derechas pacta con las izquierdas, salvo que quieras para Asturias la hemiplejía.