M. J. IGLESIAS

Casi 30.000 asturianos, un 3 por ciento de la población regional, son beneficiarios del programa de ayuda alimentaria que suministra la Unión Europea. El Principado recibe este año alrededor de 2,5 millones de alimentos del Plan de Ayuda Alimentaria de excedentes de los programas de intervención con los que Bruselas garantiza estabilidad de precios en productos sujetos a cuotas de producción como la leche. El municipio de Oviedo, sede de entidades como el albergue de Cáritas Cano Mata Vigil y la Cocina Económica, junto con Gijón, Avilés y las Cuencas, absorbe la mayor parte de la ayuda.

Las previsiones para este año suponen un incremento de casi 2.000 kilos de comida respecto a los recibidos en la región en 2011, por valor de 1,2 millones de euros. El año pasado la ayuda también se incrementó respecto a 2010, según datos aportados por la Delegación del Gobierno en Asturias.

Si en 2011 la ayuda llegó a 26.263 beneficiarios, en el presente ejercicio aumentarán hasta 30.000, de acuerdo con la información aportada por las ONG que colaboran en el proyecto. La Delegación del Gobierno ratifica que tanto el volumen de alimentos como la cifra de beneficiarios dan idea de la importancia de los programas, que de no aplicarse de un modo correcto provocarían en Asturias una situación «tercermundista» que no se quiere permitir. La red de ayuda europea es una especie de barrera contra la marginalidad que protege a una amplia capa de población.

En Asturias son tres las empresas que recibieron alimentos procedentes de intervención: la UTE formada por Unilever e Industrias Lácteas Asturianas (ILAS), a la que correspondieron 45.265 kilos de cereales; Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), a la que llegaron 9.300 kilos de leche desnatada en polvo, e Industrias Lácteas Asturianas individualmente, a la que se enviaron 4.231 kilos del mismo producto. A cambio, las entidades suministraron cereales y caldo de carne, en el caso de la UTE; 38.000 litros de leche por parte de Capsa y 8.675 kilos de natillas, y 703.000 de leche de continuación procedentes de ILAS.

El reparto de los alimentos se llevó a cabo a través del Banco de Alimentos y Cruz Roja, que tras almacenarlos en sus sedes los repartieron entre las entidades benéficas colaboradoras, entre ellas Cáritas. Uno de los requisitos para acceder a la recepción directa de la comida es disponer de lugares de almacenamiento. El Banco de Alimentos ha realizado una petición formal para obtener inmuebles gratuitos en el casco urbano de Oviedo, a fin de ampliar su capacidad.

En el plan para 2012 se ha incluido el reparto de nuevos alimentos como pasta y galletas y se han desechado el caldo de carne, ya que había problemas con personas de religión musulmana que no lo querían; la harina, que siempre quedaba sobrante de un año a otro; crema de verduras, queso fundido y de mezcla curado y natillas. El futuro del plan de alimentos está garantizado hasta el año 2014; a partir de ese ejercicio aún no se sabe si seguirá siendo competencia del Ministerio de Agricultura o si pasará a las comunidades autónomas. En 2011 se repartieron en España 133 millones de kilos de comida. El número de receptores ha ido creciendo a medida que se ha recrudecido la situación económica.