Ángel FIDALGO

Los integrantes del colectivo Oviedo SOS Cultura están que trinan con los estatutos de la Fundación Municipal de Cultura, a los que ayer presentaron alegaciones en el registro del Ayuntamiento, tras la aprobación inicial de la normativa el pasado mes de septiembre.

«¿Es que acaso Oviedo no es una gran ciudad? ¿Por qué, entonces, no se cumple la ley de Grandes Ciudades, ni en su letra ni en su espíritu? ¿Quién dentro del Ayuntamiento tiene miedo a la participación?», se preguntó ayer el crítico de arte Luis Feás, portavoz de este colectivo, minutos antes de presentar las alegaciones junto a Diego Díaz, David Acera y José Álvarez.

Recordó que la ley de Grandes Ciudades es de obligada aplicación en municipios cuya población supere los 250.000 habitantes o en capitales de provincia cuya población sea superior a los 175.000 habitantes, como es el caso de Oviedo.

Después empezó a repartir una de cal y otra de arena. «Consideramos que la aprobación de los estatutos de la Fundación Municipal de Cultura es un logro del movimiento ciudadano, pero pensamos que estos estatutos no son ni mucho menos los que nosotros defendemos», puntualizó Luis Feás. Añadió que Oviedo SOS Cultura presentó hace meses ocho puntos que consideran «esenciales» para incluirlos en los estatutos de la Fundación Municipal de Cultura y aseguró que desde el Ayuntamiento no recogieron ninguno.

Por eso las alegaciones que presentaron ayer van en un doble sentido: «Por un lado, pensamos que los estatutos aprobados no cumplen la ley de Grandes Ciudades, al menos en un punto tan importante como es la elección del director, que nosotros queremos que sea elegido en concurso público y abierto, y que se extienda no sólo a funcionarios y personal laboral del Ayuntamiento, sino también a profesionales de la cultura y del sector privado como recoge la propia ley», detalló Feás.

Por otra parte, desde este colectivo critican también que los estatutos no recojan «nuestro propósito de participación en el consejo rector, que se ciñe exclusivamente a concejales, y tampoco habla nada de que el cargo no debería ser retribuido, como nosotros proponemos, y en todo lo referido al consejo asesor, que queda en manos sólo de los concejales».

«Nosotros queremos un consejo local de cultura que recoja todas las aportaciones que puedan hacer las asociaciones o los profesionales de la cultura, que en esto tienen mucho que decir», advirtió.

Este colectivo sostiene también que deberían adscribirse bienes patrimoniales a la futura Fundación, como el teatro Campoamor, el Filarmónica, los de Pumarín y Trubia, la plaza de Trascorrales, el Auditorio, el palacio de la Lila, «Villa Magdalena», el Talud de la Ería, los locales de ensayo Pedro Bastarrica y la plaza de toros.