Ángel FIDALGO

¿Qué pasa con el sistema educativo actual? ¿Qué alternativas hay? ¿Qué hay en Asturias? Éstas fueron las cuestiones que ayer se plantearon los organizadores y asistentes a las I Jornadas de educación Loco Matrifoco, que se celebran hasta hoy en el auditorio Príncipe Felipe.

El encuentro, dirigido a educadores, familias y personas interesadas en la educación infantil, giró en torno a la educación alternativa y las pedagogías activas en Asturias.

Katia Oceranski, coordinadora de la jornada, mostró su satisfacción porque formularon dos cuestiones importantes que darán pie a nuevas iniciativas. «La primera es la necesidad de organizar unas jornadas específicas para formadores, educadores y estudiantes de Pedagogía y Magisterio, quizás en un centro de profesores».

La segunda propuesta gira en torno a la crianza «y serían unas jornadas sobre la crianza con respeto y cuáles son las necesidades que tienen los niños y las niñas, aunque científicamente ya se saben».

En este sentido, Katia Oceranski explicó que «el sistema educativo está en crisis, hay mucho fracaso escolar y la renovación pedagógica es necesaria. Nos interesa profundizar en cómo continuar nuestra crianza con apego, que es la que practicamos, respetando las necesidades de los peques sin coartar su creatividad ni su expresión, a la vez que pueden ir incorporándose al sistema escolar».

¿Cómo ven el panorama? Oceranski fue contundente. «Muy desconcertante». Por eso decidieron, en lugar de leer libros e investigar por su cuenta, organizar estas jornadas, para formarse e informarse. «Y están teniendo una respuesta tan grande a nivel de los estudiantes de Magisterio y Pedagogía que nuestra iniciativa se fue haciendo grande, lo que denota que hay mucho interés en la sociedad por estos temas que nos preocupan».

En estas jornadas intentan dar cabida desde un punto de vista positivo al sistema educativo oficial. «No queremos hablar de cómo está de mal el sistema, sino desde nuestro punto de vista, que, insisto, es positivo, acercarnos a las otras maneras de educar con pedagogías activas, alternativas o educación en casa, que es lo que se llama movimiento de renovación pedagógica, y qué alternativas hay en Asturias, que básicamente las están construyendo las familias», detalló la coordinadora de estas jornadas.

Oceranski lamenta que desde las administraciones, aunque se conoce este movimiento, todavía no se está incorporando a la educación pública, tal vez porque no encaja dentro de la enseñanza oficial.

«Pero, curiosamente, en las enseñanzas de Magisterio te dicen que el movimiento de renovación pedagógica, que empezó ya hace un siglo, ya se ha demostrado desde la psiquiatría, la psicología, la neurociencia y últimamente también desde los escáneres. Vienen a decir que el sistema tradicional de educación en las escuelas públicas no está potenciando la capacidad de todas las personas y, además, no está facilitando ni una educación con unos valores, ni unos individuos que apuesten por la ciudadanía, ni mucho menos el éxito escolar».

La educación, resumió y lamentó Oceranski, es un sistema muy implantado en nuestras mentes y también muy difícil de cambiar. «Por eso, lo primero que necesitamos son maestros que estén formados en estas pedagogías».

La psiquiatra Carmen Rosales, durante una mesa redonda, defendió el respeto, las motivaciones y los proyectos conjuntos «para ayudar a los niños a que sean alegres». Esto no quita, advirtió, «que les enseñemos cuáles son los límites que no pueden pasar». Se mostró partidaria de jardines de infancia para niños de 3 a 7 años, previos a la escolarización, «como en el norte de Europa».