Indignados contra Isinbáyeva, por homófoba, quieren retirarle el «Príncipe» que ganó por saltar cinco metros con garrocha. ¿Deberían retirarse a Albert Einstein, a Eisaku Sato y a Juan Ramón Jiménez, los Nobel de Física, de la Paz y de Literatura, porque maltrataban a sus esposas, Mileva Maric, Hiroko Sato y Zenobia Camprubí? ¿Se premia un oficio o se premia el alma? ¿Alguien dijo San Einstein o Beato Jiménez? Se gratifica una especialidad, no una generalidad. La vida atormentada, las taras, la ignorancia o la desfachatez, pueden sublimarse en una gracia, redimir al animal; la infección en la ostra hace la perla. Podríamos discutirle a Lance Armstrong el «Príncipe de los Deportes», por tramposo entre los tramposos, pero nunca a Messi el Balón de Oro por evadir impuestos. Entendámonos: Dalí no tiene por qué caer bien.