El Conservatorio Superior de Asturias abrió ayer el curso con el que culminará el nuevo plan de estudios y su homologación europea. La sesión académica se celebró en el auditorio del centro, a partir de las doce del mediodía. Presidió Alberto Veintimilla, director del Conservatorio. La lección magistral corrió a cargo del profesor Antonio Peña. El Trío "Vipiace" -formado por tres alumnos del centro- recogió el premio otorgado por la Fundación Caja Rural y el Conservatorio. Después, un breve concierto.

La primera intervención corrió a cargo de Jaime Álvarez-Buylla, presidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, institución fundada en 1907, que ha ofrecido 2.000 conciertos y que colabora con el Conservatorio. La Filarmónica "es un ejemplo de la sociedad civil carbayona", en palabras de Álvarez-Buylla, "una institución que superó momentos terribles en 1934 y 1936". El doctor Buylla deseo a los estudiantes "salud y felicidad".

Intervino después Rafael González, en nombre de la entidad financiera patrocinadora del premio. "El futuro pasa por dar oportunidades para que se desarrolle el talento", dijo. Yolanda Álvarez, jefa de servicio en la Consejería de Educación, afirmó, a su vez, que "no hay nada mejor que invertir en educación; esa mochila os va a acompañar durante toda vuestra vida".

Cerró las intervenciones el director Veintimilla. Indicó que este año se completa el ciclo de estudios renovado, con lo que los estudiantes se podrán abrir a los empleadores. Veintimilla comentó que al inicio de los cambios en el plan de estudios se plantearon internacionalizar el centro, subir su nivel y adoptarse a Europa. Recordó que el Conservatorio tiene 130 años y citó a los primeros directores, Anselmo González del Valle, Saturnino del Fresno, Ángel Muñiz Toca o Mario Nuevo. Destacó, asimismo, la importancia de la colaboración con entidades privadas, como las dos que estaban representadas en el acto.

Los componentes del Trío "Vipiace" -ganador del concurso Fundación Caja Rural-Conservatorio, celebrado a finales del pasado curso- recibieron un cheque de 1.500 euros, tres estatuillas y diplomas y la invitación a dar este mismo año un concierto en la Sociedad Filarmónica de Oviedo.

Antonio Peña, profesor de chelo y de música de cámara, ofreció a continuación una conferencia titulada "Cerebro inconsciente y pedagogía musical", en la que expuso nuevos criterios pedagógicos para la enseñanza de la música. Como afirmó, el inconsciente, según las últimas investigaciones científicas, va más allá del concepto de Freud o de determinadas actividades reflejas. Dio cifras. El cerebro consciente procesa 50 bits de información por segundo. El inconsciente, 11 millones de bits por segundo. Expuso las cinco fases del aprendizaje según el psicólogo Gregory Bateson: la incompetencia inconsciente, propia de los niños pequeños; la incompetencia consciente, de quien empieza a aprender; la competencia consciente, del estudio avanzado, y la competencia inconsciente, que es el grado más elevado, pues aprovecha esos 11 millones de bits por segundo. Más allá aún cabe una quinta fase, la maestría, característica del profesor que mejora sus conocimientos al enseñar.

Como cierre de la sesión, Sara Cuéllar, violín; Jorge Álvarez Lorduy, violonchelo, y Marino Miguel Sánchez, piano, interpretaron tres piezas originales en estilo español, de Enrique Fernández Arbós -bolero, habanera y seguidillas gitanas-, con carácter, musicalidad y buen gusto, demostrando el altísimo nivel de los profesores del Conservatorio.