El poeta granadino Luis García Montero se ganó ayer al público de la última charla del ciclo "Palabras de Mundial" al revelar que se hizo socio del Oviedo durante la última ampliación de capital del club: "Lo hice por mi colega Ángel González, que sé que le habría gustado". Los espectadores sentados en el set que el Ayuntamiento instaló frente al hotel de la Reconquista le dedicaron un fuerte aplauso. Ellos y los viandantes que se sumaron al debate de forma espontánea, atraídos por el reclamo del sistema de megafonía. García Montero cerró ayer el programa de conferencias sobre fútbol y literatura con el periodista de LA NUEVA ESPAÑA, Javier Blanco, y estableció una relación entre este deporte y la identidad social. "El fútbol es la parte de la infancia que sigue en nosotros, por eso solemos hacernos del equipo de nuestro padre y vemos los partidos con los amigos; es una forma de encontrar nuestro sitio", explicó Montero, que aún tiene en la cabeza las imágenes del primer Mundial que vio por televisión, el de Inglaterra, 1966.

Blanco defendió "la capacidad que tiene el fútbol de convertirse en un entretenimiento absoluto" de una forma muy parecida a los conciertos de grandes estrellas como The Rolling Stones. "Hay una regla no escrita en el fútbol que todos debemos seguir: nunca hay que cambiar de equipo, aunque sí se pueda cambiar la pasión por uno u otro jugador", comentó el periodista, que destacó algunos de los partidos decisivos de la historio del Mundial, como el del famoso gol fantasma de Inglaterra hace 48 años, en plena fiebre de The Beatles.