Diana DÍAZ

El maestro madrileño Guillermo García Calvo, al frente de la OSPA, ofreció una magnífica sesión en la tarde noche de ayer en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. El concierto estaba patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA. Abrió con "Beni Mora: suite oriental", de Holst, deslumbrante y mágica, en la versión de García Calvo, muy compenetrado con la orquesta asturiana. Después, dos conciertos para violonchelo -algo poco frecuente- de Saint-Saëns con el solista Truls Mork. Sonoridad impresionante en el primero, desde el allegro inicial, siempre con un técnica de infinita calidad. El concierto número 2 del compositor francés es tan bueno como el primero, como había anunciado García Calvo, y excelente en las manos de Mork. Como cierre "Juego de cartas" de Stravinsky con combinaciones rítmicas e instrumentales vertiginosas, en constante reinvención, que no decayó en ningún momento en la versión de la OSPA.