Las nuevas tecnologías han llegado para quedarse. Rara es la persona que no dispone de un teléfono de última generación o de un ordenador con conexión a internet. Aparentemente, no hay ningún problema con las conexiones en la ciudad, salvo en la zona rural. Vecinos de Las Caldas, Tudela Agüeria o San Claudio se quejan del deficiente estado con el que llega internet a sus casas. "Estamos hartos", aseguran. Muchos de ellos comentan que el servicio es "igual de malo", sea quien sea la compañía que da la señal, y que las empresas "no hacen nada" para acabar con la mala cobertura. "Todas nos dan problemas y no hacen nada para solucionarlo. La conexión llega a duras penas", denuncian. Además, afirman no poder aprovechar todas las "ventajas" de las nuevas tecnologías.
Luis Miguel Alzaga vive con su mujer y sus cuatro hijos en una casa de Latores. Está cansado de sufrir cada dos por tres problemas con la conexión a internet. "Ahora mismo nos funciona mal. Esto va por ciclos, pero la verdad es que el servicio está casi siempre caído", comenta. En la misma situación que Alzaga se encuentran sus vecinos. Un total de ocho casas que no pueden disfrutar de una conexión eficiente. Este vecino cree saber cual es su problema. "Nuestras casas se encuentra en tierra de nadie. Pusieron dos repetidores en el pueblo, y ninguno llega a esta zona de Latores", explica. Para intentar paliar este problema, los vecinos se movilizaron. "Iniciamos una campaña para intentar que la compañía aumentara la cobertura. Nos dijeron que la instalación la teníamos que pagar de nuestro bolsillo, y claro, es mucho dinero", afirma, molesto por la decisión que tomó la empresa de telecomunicaciones. A raíz de esto, surge otro problema. La televisión por cable es una utopía en estas localidades. Alzaga lo explica así: "No podemos contratar televisión porque no llega. Hay que encontrar alguna solución". Amelia López reside en Ayones, localidad en la que la conexión a internet también es muy deficiente. Su caso es muy similar al que vive Alzaga y su familia. "Tenemos muchos problemas. Contratamos seis megas de conexión, y tan solo nos llega uno. Estoy cansada de llamar a la compañía y que no me hagan caso", asevera. Casi todos estos vecinos acaban "cansados" por la falta de respuesta por parte de las empresas telefónicas. Este es el caso de Miguel González, vecino de San Claudio. Asegura que tiene que llamar a la compañía cada "quince días" para que reparen la conexión. "Internet me funciona fatal. Se para, vuelve a funcionar. Es un sin vivir", comenta.
Laura Martínez es vecina de Las Caldas. Angustiada por la falta de consistencia de su conexión a internet, afirma: "Ahora mismo no me funciona. Suele pasar muy a menudo, así que no es ninguna novedad". Y añade: "Cuando llamo para que me lo arreglen, al momento funciona, pero pasadas una horas se vuelve a caer". Roberto Fernández, natural de la localidad de Siones, situada a escasos kilómetros de Las Caldas, vive una relación un tanto tensa con la compañía que nutre su vivienda de internet. "Me funciona fatal. Y, además, cuando llamo para que me lo reparen, no me hacen ni caso. Me lo arreglan cuando les apetece", se queja.
A orillas del río Nalón, en localidades como Tudela Agüeria, Anieves, Bendones o Naves, la situación relacionada con la cobertura de internet es la misma que en todas las mencionadas anteriormente. Los vecinos de estas localidades coinciden en que "es un desastre", y que "es necesario que se mejore la cobertura". Avelino García reside en Tudela Agüeria, y además de tener problemas con internet, asegura que el teléfono móvil "no funciona como debería". "Por aquí la cobertura no es muy elevada. Bastantes problemas tenemos ya con la conexión a internet, como para que ahora el móvil también nos de quebraderos de cabeza", apunta. García, que se siente muy molesto por la falta de soluciones por parte de las empresas de telecomunicaciones, asegura: "Me paso el día llamando, al final gasto más en llamadas que en la propia tarifa que me cobran mensualmente. Me fastidia, porque estamos pagando un servicio que no se corresponde con lo que recibimos". Los vecinos de la zona rural sienten que todavía no han entrado en el siglo XXI, ya que no pueden disfrutar de los avances tecnológicos como el resto de los ovetenses.
