Clara Alba piensa con nostalgia en los últimos años de su vida, transcurridos en Barcelona. Ha dejado atrás aquella inagotable metrópoli, en la que la cultura, la diversión y las oportunidades le iban saliendo al paso, e inicia una nueva etapa en su ciudad natal. Ha regresado a Oviedo por circunstancias personales y se ha lanzado a una nueva empresa, en la que pretende sacar partido a sus experiencias anteriores.
El mundo de Clara Alba es el de los blogs, las webs, las revistas digitales, la comunicación y la educación. Es periodista, estudió en Salamanca, trabajó en prensa y se subió al tren de la reconversión tecnológica. Llegó a tiempo, al comienzo del cambio, y sigue adelante. "Éste es el momento de emprender, el del bilingüismo tecnológico. La brecha entre los que dominan las tecnologías y los que no lo hacen va a ser brutal", aventura.
En 2003 creó la revista de arte, ciencia y tecnología "amínima", en papel y en la web. Empezó con ella en Oviedo y la traspasó a Barcelona, donde vivió ocho años. Allí trabajó, entre otros, para la Universidad Abierta de Cataluña y el Colegio de Periodistas de Barcelona. Desde hace cuatro años mantiene un blog, "guíaminúscula", donde da cuenta de proyectos relacionados con la cultura y la infancia. "Siempre fui 'freelance', que es la forma más atractiva de trabajar en esto, porque te permite investigar y estar siempre al día", comenta.
Al llegar a Asturias empezó a sopesar alternativas y acabó aunando todas sus pasiones en un nuevo reto. Hoy lo dará a conocer en "La Casona de la Montaña", en el parque de Invierno, donde hará su presentación pública a partir de las 11 de la mañana. Ella es la delegada en Oviedo de una empresa que ofrece clases extraescolares, campamentos urbanos, talleres y otras actividades en las que los niños aprenden programación, diseño de videojuegos y aplicaciones y otras muchas otras destrezas útiles en el universo digital y para la vida más ordinaria. "La programación es lógica: te ayuda a estructurar la mente y a ordenar las ideas", afirma.