-Fue en una curva, con línea continua y seguramente iba a más de 100 kilómetros por hora. Era un coche con remolque. Se puso a adelantarnos y cuando vio que le venía otro coche de frente dio un volantazo, nos arrolló y se dio a la fuga.
Así relataron dos de los afectados el atropello de ocho ciclistas acaecido en Trubia en la mañana del pasado domingo. Fuentes de la Policía Local señalaron ayer que el momento del atropello fue captado por las cámaras de la Fábrica de Armas de Trubia, pero la calidad de las imágenes no permite identificar la matrícula. Los corredores sospechan que se trata de un Citroen C4 de color gris azulado. Pero este dato no ha sido confirmado por las citadas fuentes policiales.
Los implicados en el accidente, todos varones, forman parte del Club Ciclista Siglo XXI, antaño denominado Club Ciclista Montecerrao. Está integrado por aficionados a la bicicleta de edades comprendidas entre 30 y 45 años, aproximadamente. Aunque en su mayoría son ovetenses, en el colectivo hay varios de otras localidades. "Éramos un grupo de unos 15 corredores del club; somos ciclistas aficionados, pero con bastantes años de experiencia en salidas y marchas cicloturistas", declaró a LA NUEVA ESPAÑA uno de los corredores.
Uno de ellos, el único que fue golpeado directamente por el coche o por el remolque, salió volando, sufrió una violenta caída, perdió el conocimiento y fue trasladado en una ambulancia al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) con la clavícula rota. Allí le atendieron sus compañeros de trabajo, pues ejerce como radiólogo en el complejo sanitario ovetense. En el HUCA permanece ingresado con una cierta convicción de que podía no haberlo contado y "con un inmenso agradecimiento a las personas que me atendieron y, especialmente, a dos enfermeras a quienes ni pude dar las gracias".
Los miembros de la expedición habían fijado el hotel restaurante La Gruta de Oviedo como punto de salida. El destino era el santuario de la Virgen del Cébrano, en Teverga, una de las expediciones clásicas del final de la temporada. "Sencilla", en su escala de medición de la complejidad. El objetivo era regresar a Oviedo para comer en grupo y entregar unos premios a los socios más destacados de la campaña.
"Pasábamos por Trubia, justo a la altura de la Fábrica de Armas. En general, íbamos de dos en dos. Eran las diez y media", indicaron los deportistas. En toda esa zona, la carretera carece de arcenes. Tiene a un lado el muro que circunda el complejo armero y al otro una acera y una hilera de farolas. "Justo después de pasar delante de la puerta principal, oímos un claxon estruendoso. Era de un coche que venía detrás de nosotros. Luego vimos que se ponía a adelantarnos sin visibilidad, porque hay una curva a la derecha".
Lo que sucedió después pudo tener una consecuencias de una gravedad incalculable. En pleno adelantamiento al numeroso grupo de ciclistas, el conductor -que había invadido el otro carril- observó que le venía enfrente otro coche, un Seat Altea. Dio un volantazo a la derecha y golpeó a uno de los corredores, que se fue al suelo y vio cómo su casco se rompía. Entre el golpe que este corredor, en su caída, dio a algún otro compañero y la posterior montonera que formaron los que venían detrás y no pudieron frenar, fueron ocho los corredores que acabaron en el asfalto. Lejos de detenerse y preocuparse por los accidentados, el vehículo aceleró y emprendió la huida.
De los ocho accidentados, tres recibieron asistencia en el propio lugar. Uno sufrió un esguince de muñeca. Dos, magulladuras. El cuarto, el citado radiólogo, hubo de ser conducido al HUCA. "Es incomprensible que el conductor no se parara. Hubo daños personales y materiales de los que debería hacerse cargo su seguro", lamentaron los ciclistas.
