Ángel Terán, el nuevo decano del Colegio Oficial de Diseñadores de Interior y Decoradores de Asturias, tiene claro cuál es el principal objetivo de su mandato: "acercar a la gente el trabajo que realiza un decorador y de un diseñador de interiores. Que los posibles clientes tengan claro que una persona puede tener estilo o buen gusto, pero que eso no le hace profesional, sino intruso laboral", aseguró. Terán coordinó ayer la primera actividad de esta etapa al frente del colegio; una jornada sobre tabiquería y materiales en la Escuela de Arte de Oviedo, dirigida a profesionales y alumnos de los ciclos superiores de decoración de interiores.

"Desde que se aprobaron los estudios oficiales de Decoración, en el año 63, esto se convirtió en una profesión que requiere una formación específica. Hasta el punto de que hoy en día ya es un grado universitario. Por eso, no podemos permitir que cualquiera que compre una cortina y cuatro cojines se autodenomine decorador", añade. Por eso, insiste en la necesidad de que los futuros profesionales del sector de la decoración conozcan de primera mano las últimas novedades del mercado, desde materiales hasta nuevas herramientas, y su realidad. "Nuestras actividades formativas son una prioridad, queremos que los alumnos aprendan a enfrentarse a la realidad del que será su trabajo, que es mucho más complicada de lo que creen cuando están estudiando".