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El órgano de San Juan se mira pero no se toca

El subdirector del coro de la Fundación califica de "poco cristiano" al párroco de la basílica por interrumpir la música del funeral de su suegra

El órgano de San Juan se mira pero no se toca

El órgano de la basílica de San Juan el Real se mira pero no se toca. Al menos por alguien que no sea el músico oficial de la iglesia, que es la persona que lo hace durante los servicios religiosos, funerales, aniversarios y algunas misas. De lo contrario puede haber problemas. Y eso es lo que hubo el lunes por la mañana en el funeral por María Luisa Álvarez Gómez, la suegra del subdirector del Joven Coro de la Fundación Princesa de Asturias, el sierense José Ángel Émbil, hijo del histórico músico Ángel Émbil, cuando uno de los miembros de la improvisada formación coral (compañeros y amigos de Émbil que cantaron varios temas en honor a la fallecida) hizo sonar el instrumento sin el permiso del párroco, Francisco Javier Suárez Fernández. El sacerdote, aunque no estaba oficiando la ceremonia (lo hizo en su lugar el vicario parroquial, José Manuel Viña), interrumpió la música ante el desconcierto de los familiares y amigos de la desaparecida.

Suárez justifica su actuación por el cumplimiento de las normas sobre "Funerales y Música" de la basílica: "El instrumento, que está en reparación, sólo lo puede tocar el organista de la iglesia". Mientras que el director del Joven Coro de la Fundación califica al cura de "poco cristiano" e "insensible" por mandarles callar y dejar de tocar "de forma autoritaria" al grito de "¡Basta ya!", sin respeto por la difunta.

Émbil reconoce que fue a solicitar la autorización para cantar en el coro de la llamada Catedral del Ensanche cuarenta y cinco minutos antes de que comenzara el funeral de su suegra. Suárez no estaba, pero le atendió el vicario parroquial. "Me dijo que tenía que haber ido antes, pero finalmente pactamos que nos dejara hacerlo en varios momentos de la ceremonia. No le dije nada del órgano. Sencillamente di por hecho que sabía que lo íbamos a tocar", explica el subdirector del Joven Coro, que poco después se encontró frente a frente con el párroco, justo cuando en San Juan sonaba el "Ave Verum Corpus" de Mozart. "Llegó como un búfalo y mandó parar en mitad del acto, con la gente abajo comulgando. No paraba de hacer aspavientos subido a la tarima y nos preguntaba quién nos había dado permiso para estar allí". Luego, los músicos tuvieron que salir del coro y unirse abajo al resto de asistentes al funeral. Según Émbil, el párroco le dijo que "la difunta ya tiene bastante con que recemos por ella"

El párroco de San Juan defiende su actuación al estar hecha por el bien de la iglesia y del órgano, que atraviesa una segunda fase de restauración. "Les indiqué que no se podía venir sin haber avisado previamente. Enojados decidieron marchar. Les indiqué que cantaran el canto al final, pero dijeron que no y se fueron muy enojados. Quedó el familiar hablando conmigo, le escuché y le insistí en que no se deben hacer así las cosas". Suárez además da detalles del desenlace del malentendido: "Al salir yo de la basílica, un coro de voces femeninas, las componentes del coro, susurraban: 'Es un impresentable'. Y me fui sin más".

Una de las personas que el lunes logró cantar por unos minutos en San Juan es María Jesús Vega. Esta cantante con amplia experiencia en misas y ceremonias religiosas asegura que es la primera vez que ve a un sacerdote interrumpir la música de un funeral "para reñir al coro".

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